La participación de BBK y Kutxa en Vodafone cae un 38% desde su adquisición

En julio de 2000 se cerró una de la mejores operaciones en las que han estado presentes las dos primeras cajas vascas (Kutxa y BBK): la venta de la compañía de telefonía Airtel a la multinacional inglesa Vodafone. La BBK consiguió con ella unas plusvalías latentes (diferencia entre el valor contable y el de mercado) de 190.000 millones de pesetas y Kutxa 160.000 millones. La crisis internacional y la mala marcha de la Bolsa han hecho que esta potencial ganancia haya caído en un 38%. En el momento de la compraventa las acciones cotizaban a 250 peniques y la pasada semana a 155.

Airtel nació en 1995 con 150.000 millones de pesetas invertidos por sus fundadores. Tras cinco años su valor se elevó a cinco billones y la toma de control de la compañía por parte de Vodafone, tras el arrinconamiento de British Telecom, dio lugar a plusvalías multimillonarias para los socios españoles. Airtel, la segunda empresa de telefonía móvil en España, con más de seis millones de clientes, supuso el mayor pelotazo de la historia de BBK y Kutxa. Sin embargo, las historias de éxito tienen dos lados.

Las ganancias potenciales se han reducido en un año de 350.000 millones de pesetas a 217.000. La operación supuso el canje de las acciones de Airtel por participaciones en Vodafone. BBK tan solo liquidó un 10% de su participación, por lo que el grueso de su porcentaje quedó en Bolsa.

La operación de Airtel se acordó en julio de 2000, sin embargo, no se podía hacer efectiva hasta finales del pasado año, momento en el que podían comenzar a desinvertir. Sin embargo, las escasas alternativas de inversión existentes entonces y la consideración de Vodafone como un valor seguro y de gran liquidez llevaron a las cajas a mantener sus participaciones para hacer desinversiones en función de las necesidades de capital. La participación de BBK en Airtel era de un 4,476% y la de Kutxa de un 4,01%

Entre las inversiones que se barajaban para destinar parte de estos fondos están los proyectos de Bahía Bizkaia Gas y Eletricidad, así como la participación en la privatización de las sociedades gasísticas del Ente Vasco de Energía (EVE). El Gobierno siempre ha querido que las cajas acompañen en el proyecto a un socio tecnológico, conocedor del sector. Tanto Fernando Spagnolo, presidente de Kutxa, como José Ignacio Berroeta, presidente de BBK, se han mostrado dispuestos a entrar en proyectos ligados a la actividad económica del País Vasco y, en concreto, en el del gas.

El debate sobre las plusvalías de las dos cajas vascas llegó incluso al Órgano de Coordinación Tributaria (OCT), donde se estudió la posibilidad o no de cambiar la tributación de las plusvalías de capital. El OCT decidió en su reunión de septiembre del pasado año no modificar el Impuesto de Sociedades en su apartado relativo a las entidades tenedoras de valores extranjeros. Si BBK y Kutxa hubieran vendido en diciembre del pasado año el total de su participación en Vodafone hubieran tenido que pagar cerca de 110.000 millones de pesetas en impuestos.