El último revulsivo escénico de La Carnicería Teatro
'A veces me siento tan cansado que hago estas cosas', de Rodrigo García, se estrena en el Festival Madrid Sur
Dentro de los círculos teatrales madrileños más inquietos y rompedores, formados no sólo por grupos y compañías alejados de propuestas comerciales y vulgarotas, sino también por espectadores, fundamentalmente jóvenes, ávidos de un teatro que ignora al público pusilánime, se esperan con verdadero interés los nuevos espectáculos de la compañía La Carnicería Teatro y su autor y director fetiche, Rodrigo García. Su último revulsivo escénico, A veces me siento tan cansado que hago estas cosas, ha aterrizado este fin de semana en Madrid, dentro del VI Festival Internacional Madrid Sur (hoy, en el teatro Núria Espert, de Fuenlabrada, a las 19.00) con actores, músicos, gallinas, conejos, palomas, cabras, y, si hay suerte, un burro.
Ellos dicen que A veces... es una parodia de ciertos programas basura de la tele con la que reflejar el malestar que les provoca 'este no va más de información masiva mierdera'. Aunque el contenido es, en parte, una crítica a ciertos programas como Gran Hermano, al que Rodrigo García considera un 'experimento facha', el autor dice que el espectáculo está lleno de otras preocupaciones más abstractas: 'Siempre con todo el humor posible, hablando de las cosas al revés de como se suelen ver'.
El montaje, al ser una coproducción con el Festival Internacional de Sitges, ha contado con equipo de Barcelona: 'Eso ha sido bueno para refrescarse y quitarse vicios', dice García, quien empezó a trabajar la puesta en escena sin rumbo fijo, como siempre: 'Queríamos meternos con la televisión, aunque mi teatro no es panfletario ni de denuncia en el sentido clásico, pero sí me preocupo de lo que está en la calle, prefiero un teatro de consumo, de usar y tirar; un teatro de choque, que pueda modificar a alguien su conducta, no un rollo onanista', señala este hombre, que con este montaje ha dado rienda suelta, una vez más, a su deseo de hacer algo distinto: 'Quería hacer algo más trash, más sucio, la estética es formalmente muy distinta'.
Las creaciones de La Carnicería y Rodrigo García son productos escénicos sorprendentes, por su diferente sentido del espacio y de las imágenes no convencionales. Después de una andadura de doce años, se han convertido en claros representantes de la más avanzada escena española. Aunque mientras que en Madrid ellos siguen trabajando en teatros pequeños y salas alternativas, las mismas obras se programan en templos sagrados de la escena europea como la Schaubunne, de Berlín; el Teatro Nacional de Bretaña; el Teatro Saint Gervais, de Ginebra; el Mercat de les Flors, de Barcelona, o el Teatro Monti, de Amberes. '¿Cómo puede ser que debido a políticas culturales diferentes las mismas obras sean relegadas en Madrid a teatros pequeñitos y fuera las programan para el gran público? Desde luego, no es porque allí sean tontos y no aquí, o viceversa', se pregunta este creador.
Rodrigo García no es un autor al uso, también es videoartista, performer, escenógrafo y director de escena. Un creador atípico que conjuga en sus espectáculos elementos del pasado y de la cultura popular de hoy. Una de las cosas de las que a veces presume es de que el grupo tiene 'fieles detractores'. 'No hacemos un teatro amable, ni para gustar, por lo que los detractores inevitablemente llegan ellos solitos', y añade, 'lo de generar polémica para mí es básico, si se diera la unanimidad el trabajo no tendría sentido; tenemos muy pocos modelos de vida, y en éstos, encima, se manejan cantidad de tópicos; tratamos de mostrar la realidad desde otra óptica'. En esta ocasión, García llega a afirmar que los superhéroes del trash que protagonizan la obra 'ven con el culo': 'No es del todo un punto de vista reprobable y menos irresponsable'.
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