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Tribuna:EL CONTROL DEL MERCADO DE VALORES
Tribuna
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¿Se habría podido evitar el escándalo Gescartera?

El autor sostiene que una actuación más correcta en el caso de la agencia AVA habría permitido esquivar los problemas de Gescartera

Cuando todavía se está juzgando en la Audiencia Nacional el caso AVA ha vuelto a surgir en el panorama económico financiero el escándalo Gescartera que, por el camino que van tomando las informaciones que se están conociendo, va a mantener la atención de ciudadanos, políticos y, por supuesto, de las instituciones que tienen que velar por el buen funcionamiento de los mercados, muy especialmente la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Es curioso que el Gobierno ha aprobado el Fondo de Garantía de Inversiones y por la vía de urgencia únicamente cuando surge el escándalo Gescartera, tras casi tres años de demora. Ha aplicado un texto de la Ley del Mercado de Valores que se introdujo como enmienda como consecuencia del caso AVA, en contra de la voluntad del Gobierno y del Grupo Parlamentario Popular. Por cierto, en aquella ocasión se denigró a los pobres ahorradores que habían sido estafados acusándoles de especuladores y no sé cuantas lindeces más. En todo caso bienvenida sea la aplicación de los Fondos de Garantía al mercado de valores con lo que por fin cumplimos los mandatos de las directivas de la Unión Europea.

En la vía judicial y en la vía política se ha vuelto a plantear la posible responsabilidad de la CNMV
Más información
Rato reformará la CNMV en la Ley Financiera para evitar casos como el de Gescartera

Para quienes no lo recuerden el caso AVA fue otro escándalo financiero en el que la Agencia de Valores AVA, con sede en Zaragoza, entró en una irreversible crisis financiera arrastrada por la quiebra de Socimer, banco con sede en las Bahamas que la citada agencia utilizaba para sus operaciones de inversión. En este caso resultaron estafados alrededor de 3.500 clientes de esta agencia de valores que habían invertido a través de la misma un importe aproximado de 13.500 millones de pesetas.

Que en ambos casos hay diferencias es indudable; sin embargo existen importantes coincidencias que me llevan a la siguiente reflexión: ¿Se habría evitado el escándalo Gescartera si, como consecuencia del caso AVA se hubiera investigado a fondo la actuación de la CNMV por lo que se refiere a la supervisión y control de dicha agencia de valores y se hubieran tomado las medidas oportunas para que los controles sobre este tipo de sociedades fueran efectivos y eficaces?

Han pasado tres años y medio desde el caso AVA y parece que estamos otra vez igual. Se vuelve a plantear la posible responsabilidad de la CNMV por su actuación de supervisión y control de otra agencia de valores, Gescartera, que como aquélla no es un chiringuito financiero, sino una agencia de valores autorizada y registrada por la CNMV y obligada al cumplimiento de la normativa especial que regula la actividad de este tipo de sociedades. Es decir, especialmente reguladas, controladas y supervisadas por la Administración a través de la CNMV.

La obsesión del Gobierno y de la CNMV en el caso AVA fue defender la actuación de dicha Comisión, con el objetivo de evitar todo tipo de responsabilidades y en ningún caso se planteó qué es lo que había fallado. Ello habría permitido modidicar actuaciones posteriores y evitar que se produjeran otros casos análogos

La actuación de la CNMV está descrita por la propia Comisión en los Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados, en los informes periciales elaborados por funcionarios de la CNMV para el Juzgado de la Audiencia Nacional; en los expedientes sancionadores incoados por la CNMV a la empresa AVA y en la documentación requerida por el Juzgado a la CNMV. La Comisión ha mantenido desde entonces que su actuación fue correcta, tanto desde el punto de vista de sus obligaciones de supervisión y control de dicha agencia, como por lo que respecta a su misión de defensa y seguridad de los inversores.

No todos hemos compartido esos criterios de la CNMV. Por supuesto los afectados del caso AVA no. Por mi parte, ya manifesté lo que pensaba en la comparecencia del presidente de la CNMV en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados el 29 de junio de 1999: '...Mi opinión, en estos momentos, es que la actuación de supervisión y control del caso AVA ha podido ser negligente y que algunas de las acciones de la CNMV pueden tener más como objetivo encubrir esta actuación negligente que defender los intereses de lo inversores'.

La Administración en su día denegó la petición de posible responsabilidad en el caso AVA que fue reclamada por algunos perjudicados y cuyo rechazo por la Administración se encuentra recurrido ante los tribunales.

En el caso Gescartera, tanto en la vía judicial como en la vía política, se ha vuelto a plantear la posible responsabilidad de la CNMV. Es más, en este último caso, después de la dimisión de la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente, las responsabilidades van a ser difícilmente eludibles y las consecuencias pueden ser graves para la Administración desde el punto de vista del resarcimiento económico de los perjuicios producidos a los inversores.

Sin perjuicio de lo que digan los tribunales en el caso AVA, por lo que respecta a la delimitación de responsabilidades lo que parece evidente y queremos resaltar por su extraordinaria gravedad es que, después de las consecuencias que tuvo dicho caso, se han vuelto a producir fallos análogos por intentar eludir todo tipo de responsabilidades, en lugar de mejorar los sistemas de control con la graves consecuencias que ha tenido para los inversores, para el resto de los profesionales que prestan sus servicios de forma competente y honesta y para la confianza en los organismos reguladores.

La respuesta a la pregunta con la que iniciamos este artículo es afirmativa. Si con ocasión del caso AVA se hubieran establecido por la CNMV unos controles eficaces para conocer mensualmente la verdadera naturaleza, riesgos y condiciones de las operaciones realizadas por las sociedades de cartera y agencias de valores para sus clientes, así como donde y a nombre de quien se encuentran depositados los títulos de las mismas, el escándalo Gescartera se habría evitado. Es de esperar que esta vez se haya aprendido bien la lección y de las conclusiones que se obtenga se adopten las medidas que impidan que se produzcan hechos análogos.Cuando todavía se está juzgando en la Audiencia Nacional el caso AVA ha vuelto a surgir en el panorama económico financiero el escándalo Gescartera que, por el camino que van tomando las informaciones que se están conociendo, va a mantener la atención de ciudadanos, políticos y, por supuesto, de las instituciones que tienen que velar por el buen funcionamiento de los mercados, muy especialmente la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Es curioso que el Gobierno ha aprobado el Fondo de Garantía de Inversiones y por la vía de urgencia únicamente cuando surge el escándalo Gescartera, tras casi tres años de demora. Ha aplicado un texto de la Ley del Mercado de Valores que se introdujo como enmienda como consecuencia del caso AVA, en contra de la voluntad del Gobierno y del Grupo Parlamentario Popular. Por cierto, en aquella ocasión se denigró a los pobres ahorradores que habían sido estafados acusándoles de especuladores y no sé cuantas lindeces más. En todo caso bienvenida sea la aplicación de los Fondos de Garantía al mercado de valores con lo que por fin cumplimos los mandatos de las directivas de la Unión Europea.

Para quienes no lo recuerden el caso AVA fue otro escándalo financiero en el que la Agencia de Valores AVA, con sede en Zaragoza, entró en una irreversible crisis financiera arrastrada por la quiebra de Socimer, banco con sede en las Bahamas que la citada agencia utilizaba para sus operaciones de inversión. En este caso resultaron estafados alrededor de 3.500 clientes de esta agencia de valores que habían invertido a través de la misma un importe aproximado de 13.500 millones de pesetas.

Que en ambos casos hay diferencias es indudable; sin embargo existen importantes coincidencias que me llevan a la siguiente reflexión: ¿Se habría evitado el escándalo Gescartera si, como consecuencia del caso AVA se hubiera investigado a fondo la actuación de la CNMV por lo que se refiere a la supervisión y control de dicha agencia de valores y se hubieran tomado las medidas oportunas para que los controles sobre este tipo de sociedades fueran efectivos y eficaces?

Han pasado tres años y medio desde el caso AVA y parece que estamos otra vez igual. Se vuelve a plantear la posible responsabilidad de la CNMV por su actuación de supervisión y control de otra agencia de valores, Gescartera, que como aquélla no es un chiringuito financiero, sino una agencia de valores autorizada y registrada por la CNMV y obligada al cumplimiento de la normativa especial que regula la actividad de este tipo de sociedades. Es decir, especialmente reguladas, controladas y supervisadas por la Administración a través de la CNMV.

La obsesión del Gobierno y de la CNMV en el caso AVA fue defender la actuación de dicha Comisión, con el objetivo de evitar todo tipo de responsabilidades y en ningún caso se planteó qué es lo que había fallado. Ello habría permitido modidicar actuaciones posteriores y evitar que se produjeran otros casos análogos

La actuación de la CNMV está descrita por la propia Comisión en los Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados, en los informes periciales elaborados por funcionarios de la CNMV para el Juzgado de la Audiencia Nacional; en los expedientes sancionadores incoados por la CNMV a la empresa AVA y en la documentación requerida por el Juzgado a la CNMV. La Comisión ha mantenido desde entonces que su actuación fue correcta, tanto desde el punto de vista de sus obligaciones de supervisión y control de dicha agencia, como por lo que respecta a su misión de defensa y seguridad de los inversores.

No todos hemos compartido esos criterios de la CNMV. Por supuesto los afectados del caso AVA no. Por mi parte, ya manifesté lo que pensaba en la comparecencia del presidente de la CNMV en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados el 29 de junio de 1999: '...Mi opinión, en estos momentos, es que la actuación de supervisión y control del caso AVA ha podido ser negligente y que algunas de las acciones de la CNMV pueden tener más como objetivo encubrir esta actuación negligente que defender los intereses de lo inversores'.

La Administración en su día denegó la petición de posible responsabilidad en el caso AVA que fue reclamada por algunos perjudicados y cuyo rechazo por la Administración se encuentra recurrido ante los tribunales.

En el caso Gescartera, tanto en la vía judicial como en la vía política, se ha vuelto a plantear la posible responsabilidad de la CNMV. Es más, en este último caso, después de la dimisión de la presidenta de la CNMV, Pilar Valiente, las responsabilidades van a ser difícilmente eludibles y las consecuencias pueden ser graves para la Administración desde el punto de vista del resarcimiento económico de los perjuicios producidos a los inversores.

Sin perjuicio de lo que digan los tribunales en el caso AVA, por lo que respecta a la delimitación de responsabilidades lo que parece evidente y queremos resaltar por su extraordinaria gravedad es que, después de las consecuencias que tuvo dicho caso, se han vuelto a producir fallos análogos por intentar eludir todo tipo de responsabilidades, en lugar de mejorar los sistemas de control con la graves consecuencias que ha tenido para los inversores, para el resto de los profesionales que prestan sus servicios de forma competente y honesta y para la confianza en los organismos reguladores.

La respuesta a la pregunta con la que iniciamos este artículo es afirmativa. Si con ocasión del caso AVA se hubieran establecido por la CNMV unos controles eficaces para conocer mensualmente la verdadera naturaleza, riesgos y condiciones de las operaciones realizadas por las sociedades de cartera y agencias de valores para sus clientes, así como donde y a nombre de quien se encuentran depositados los títulos de las mismas, el escándalo Gescartera se habría evitado. Es de esperar que esta vez se haya aprendido bien la lección y de las conclusiones que se obtenga se adopten las medidas que impidan que se produzcan hechos análogos.

Fernando Gimeno Marín fue ponente del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados en el caso AVA.

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