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Columna
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Indicios

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define el indicio como 'una acción o señal que da a conocer lo oculto'. En cambio, la sospecha, la identifica con conjetura. Los indicios son datos objetivos. Las sospechas son subjetivas.

En ocasiones, en la vida pública, hay que tomar decisiones para conseguir un resultado de idéntica naturaleza. La elección debe guiarse por datos objetivos, y no subordinada a intereses. Si estos marcan la elección, el resultado no se alcanza. Busquemos algún ejemplo. No es difícil. Hay muchos. Sin embargo, como alguno hay que tomar, me quedo con dos de actualidad: Gescartera y los sumarios que no se encuentran.

En el primero, Ramallo ha declarado que los regalos que recibió eran insignificantes; que ni su familia ni él, han tenido negocios con Camacho, y que carece de patrimonio. Hoy se sabe que los insignificantes eran tres millones; que una de sus hijas sí mantuvo negocios, y que ha percibido honorarios de unos 150 millones al mes. Hay datos para pensar que Ramallo ha faltado a la verdad y que algún patrimonio debe tener.

En el segundo ejemplo sucede que 13 sumarios de los desaparecidos corresponden a Gil; que un funcionario ha muerto, al parecer por suicidio; y que después de cuatro meses investigando se encuentra otro sumario desaparecido. Hay datos para entender que desaparecen desde dentro y que la fiscalía, y demás investigadores -incluidos los que el CGPJ envió este verano- andan un poco despistadillos.

Con estos mimbres se puede sospechar que, si el PP no echa a Ramallo, su código ético era para la oposición. También que, sino interviene la Fiscalía Anticorrupcción, es porque el señor Cardenal cree de buena fe que no hay corrupción en Marbella.

El resultado que, se dice, se trata de conseguir -despejar el caso Gescartera, y lograr que se celebren los juicios de los desaparecidos- será difícil de lograr. Claro que un error, o dos, los puede tener cualquiera. Sin embargo estas actuaciones dan pie a que se sospeche que Ramallo sabe tanto que hay que cuidarlo, o que la Justicia no puede quedar en entredicho. Es el problema que trae pensar, y actuar, como si las conjeturas fueran indicios, o al revés.

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