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'No hay un solo paquistaní que apoye a Estados Unidos'

'El apoyo al Gobierno no significa apoyo a Estados Unidos', advierte Jalid Rahman. Rahman dirige el Instituto de Estudios Políticos, un think tank que sigue de cerca los comportamientos políticos de la sociedad paquistaní y que está próximo al partido islámico moderado Jamiat Islami. Este politólogo apunta al antiamericanismo subyacente para explicar la ambivalente respuesta de los paquistaníes. 'Por eso el presidente Pervez Musharraf tiene mucho interés en que la campaña sea lo más corta posible', asegura.

Pregunta. ¿Tiene razón el presidente Musharraf cuando asegura que la mayoría de los paquistaníes le apoyan en esta crisis?

Respuesta. Una gran parte de la sociedad paquistaní ha aceptado esa postura, pero no nos engañemos: el apoyo al Gobierno no significa apoyo a la política de Estados Unidos de atacar a los talibán. En Pakistán se desconfía de Estados Unidos. Da igual la capa social. No encontrará una sola persona que apoye la política de Estados Unidos, aunque en público puedan decir otra cosa. Por ello el Gobierno fue inicialmente renuente a dar su apoyo. Luego se dijo que no quedaba otra opción, que era en nuestro interés y en el de Afganistán y que se iba a pedir a Washington que facilitara pruebas y que no actuara a la ligera.

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P. ¿A qué se debe eso?

R. Los paquistaníes tienen claro que Estados Unidos puede incumplir sus promesas, tal como han demostrado experiencias pasadas. También saben que el ataque contra Afganistán se había planeado para octubre, mucho antes del 11 de septiembre. Los atentados son sólo una justificación. Además, existe cierta idea de que el objetivo no se limita a Osama Bin Laden o a los talibán.

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P. ¿Qué relevancia entonces tienen las protestas?

R. Sería un error pensar que todos los que participan en ellas están a favor de los talibán. Se trata más bien de manifestaciones contra la política de Estados Unidos. Quieren expresar que no consideran justificados los ataques, que si el Gobierno de Pakistán sigue la agenda norteamericana, está equivocado. En cuanto a su representatividad, hay que comparar con otras movilizaciones anteriores, no en el vacío. Quienes expresan su descontento tienden a ser los mismos y pocos, pero representan a un número mayor. Los ejecutivos no salen a la calle. Además, como la iniciativa ha surgido de los partidos religiosos, hay mucha gente que no se une porque teme ser tachada de protalibán. Pero los talibán se han convertido en un símbolo.

P. ¿Hay algún riesgo de que desborden lo permitido?

R. El Gobierno ha actuado sabiamente dejándoles un espacio para que se manifiesten y evitando el enfrentamiento en las calles, lo que ha hecho que se desarrollen de forma pacífica y sin violencia. Si no hubiera sido así, las manifestaciones hubieran sido violentas y más numerosas.

P. Pero en los últimos días ha habido cinco muertos, han quemado edificios...

R. La violencia sólo ha aparecido después de los ataques. Con anterioridad, las negociaciones se movían en el terreno político y diplomático; también al nivel de la calle. Pero después de los bombardeos, los manifestantes necesitaban objetivos. No hay que perder de vista el alto nivel de analfabetismo. Al ver a su Gobierno al lado de Estados Unidos, los edificios oficiales o los relacionados con intereses estadounidenses se convierten en objetivos naturales para mostrar su rabia.

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