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Las diferencias entre Esther y Jesús, entre el CAP y el CCP

Carmen Morán Breña

Un buen curso de formación inicial del profesorado de secundaria y primaria ayudaría a reducir el fracaso escolar, según los expertos. Un real decreto de 1995, cuya implantación aún no se ha generalizado, proponía ya el cambio. El Gobierno presentará en breve un nuevo proyecto.

Jesús Ochoa se licenció en Químicas y se matriculó en el Curso de Cualificación Pedagógica (CCP), obligatorio para ejercer como profesor. Lo hizo en la Universidad de Alcalá de Henares. Por la mañana iba a un instituto de secundaria y por la tarde recibía clases teóricas en la universidad. En el instituto observaba cómo el profesor lidiaba con los alumnos. 'Los chicos desconectan rápido, se aburren pronto'.

En la Universidad de Alcalá le enseñaron cómo afrontar los problemas que plantea un alumnado de diversas capacidades y motivaciones. 'Nos decían que teníamos que observar a cada alumno de forma individualizada, ver sus capacidades y no intentar que todos alcancen el mismo nivel, sino premiar el esfuerzo que hace cada uno'.

'Fue un año entero, muy duro, en el que aprendí muchísimo'. Por ejemplo, que las clases se llevan mejor si se hacen participativas. Recuerda que a los alumnos les encantaba ver cómo las explicaciones académicas tienen su reflejo en la vida real. 'Después se lo contaban a sus padres'. Valoraban la complicidad con un profesor que les dejaba 'cacharrear' con los instrumentos del laboratorio.

'Reacios al cambio'

Una de sus conclusiones es que 'hay que reducir el número de alumnos en clase para poder atender la diversidad. Observó también que 'los profesores que llevan muchos años dando clases suelen ser reacios a los cambios', un gran error, porque la reforma de la enseñanza exige modificar algunos hábitos docentes. La clave del éxito es 'una clase participativa, con concursos, debates, trabajo en grupo'.

Esther Colás es su novia. También estudió Químicas, pero en lugar del CCP hizo el antiguo pero vigente Curso de Aptitud Pedagógica (CAP) en la Universidad Complutense. 'Fue un curso a distancia con alguna tutoría y cinco horas de clase en total. Después buscábamos un profesor que nos quisiera recibir en su instituto y preparábamos una memoria de lo que habíamos hecho allí'. 'No aprendí mucho'. Su novio, Jesús, le enseña a preparar una lección. 'Él sabe hacerlo mejor, daba clases todos los días por la mañana y por la tarde, no se puede comparar'.

Esther, de 26 años, prepara ahora oposiciones. 'Espero adaptarme cuando sea profesora, me ayudará la gente, por ejemplo, él'. Él trabaja de visitador médico. Le decepcionó que 'no se conceda un punto en las oposiciones por haber hecho el CCP', como le habían dicho.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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