Pleitos con burbujas

Triángulo empresarial, sopa de letras con marcas famosas, un gran gigante americano acosado por un pequeño gigante inglés, casi todos los ingredientes se dan en el primer gran pleito con burbujas del siglo: Cadbury Schweppes contra PepsiCo, con SevenUp entre la espada y la pared.

Dr. Pepper/Seven Up Inc., una subsidiaria de la compañía británica Cadbury Schweppes (1,23 billones de pesetas en ventas mundiales el año pasado) en el mercado estadounidense, ha denunciado a PepsiCo (3,68 billones de pesetas) por cerrarle el mercado a SevenUp, tras firmar un acuerdo con la mayor cadena de restaurantes de comida rápida de Estados Unidos, Tricon. En virtud del acuerdo con Tricon, esta cadena se ha comprometido a dejar de vender la marca SevenUp en sus establecimientos (entre los que se cuentan algunos restaurantes tan conocidos en Europa como Pizza Hut, Kentucky Fried Chicken o Taco Bell) y sustituirla por una bebida relativamente desconocida hasta ahora, Sierra Mist, a cambio de grandes descuentos en el suministro de los productos PepsiCo.

Tras su entrada en La Casera, Cadbury ha conseguido aumentar su cuota de mercado en España desde el 6% al 15%

Contra el libre comercio

A juicio de Cadbury, ese acuerdo vulnera las reglas del libre comercio, por lo que han decidido denunciarlo ante los tribunales. Los británicos han retado al gigante Pepsi, no tanto por el daño que les hace el acuerdo con Tricon cuanto por una cuestión de principios: porque ese acuerdo no sólo restringe el mercado, sino que interfiere en los contratos firmados entre Seven Up y Tricon. Se da la paradoja de que Cadbury tiene la exclusiva para distribuir Seven Up en Estados Unidos, pero es PepsiCo quien la distribuye en el resto del mundo.

El pleito de Cadbury Schweppes llega en un momento de expansión de la compañía británica. El año pasado aumentó de forma sustancial su presencia en varios mercados a través de varias operaciones de compra de marcas: adquirió Mauna La'I y Snapple (Estados Unidos), Nathan (Australia), Hollywood (Francia) y Trebor Wuxi (China). Este año ha comprado Mantecol (Argentina), ReaLemon, ReaLime, Slush Puppie (Estados Unidos) y Spring Valley (Australia). Este verano, además, cerró la compra de la compañía española La Casera por 19.500 millones de pesetas.

Y, tras dos años de enconadas negociaciones, ha llegado a un acuerdo con Pernod Ricard's para quedarse con su rama de bebidas carbónicas en Europa continental, América del Norte y Australia, incluyendo marcas como Orangina y Yoo-Hoo. Con esta operación, tasada en 700 millones de euros (algo más de 115.000 millones de pesetas) y que está aún pendiente de recibir el visto bueno de las autoridades de la competencia de Estados Unidos y de la Unión Europea, Cadbury Schweppes doblaría su presencia en el mercado francés, del que dominaría un sustancial 19%.

Mercado español

Cadbury entró con fuerza en el mercado español al adquirir a Agrolimen la compañía Citresa, fabricante de Trinaranjus y zumos Vida. Aquella operación le valió la denuncia de Refrescos y Bebidas de Castilla (Rebecasa), una empresa controlada por la familia Rato que tenía un contrato de distribución con Citresa, que esta firma rompió en abril de 1997, lo que llevó a Rebecasa a la suspensión de pagos poco después. El Juzgado de Primera Instancia de Madrid falló en marzo pasado en contra de Rebecasa, pero la empresa castellana recurrió el fallo ante la Audiencia de Madrid.

La entrada en La Casera le da a Cadbury Schweppes una porción muy importante del negocio español, porque consigue aumentar su cuota de mercado desde el 6% actual al 15%. La operación tiene ya el visto bueno de las autoridades españolas de la competencia. La Casera tiene una plantilla de 520 trabajadores. Concentra su producción en su planta de Gerona y tiene además plantas embotelladoras en Toledo, Sevilla y Valladolid. Cuenta con 200.000 clientes servidos por una red de 1.000 distribuidores independientes. Sus ventas netas rondaron los 13.000 millones de pesetas el año pasado.