Macías elabora un plan de transporte de cuyo coste sólo prevé pagar el 17%

El Gobierno catalán ha elaborado un proyecto de Plan de Transporte de Viajeros que prevé una inversión de 182.031 millones de pesetas hasta el año 2005. Para realizarlo apenas cuenta con inversiones propias y atribuye al Gobierno central, con el que no ha negociado el plan, 151.955 millones. Sólo los restantes 30.076 saldrían de las arcas del Ejecutivo de Jordi Pujol, es decir, el 17%. La oposición cree que se trata de un brindis al sol del consejero de Política Territorial, Pere Macias, por regular materias sobre las que no tiene competencias.

El Plan de Transporte de Viajeros de Cataluña ha sembrado la inquietud entre la oposición. Por lo que dice y por lo que no dice. Por ejemplo, el proyecto propone que todos los vehículos de transporte colectivo (público y privado) lleven un escudo y la leyenda 'Transports Públics de Catalunya'. A esa tarea el Gobierno autónomo piensa destinar, con fondos propios, 50 millones de pesetas (10 millones cada año), una minucia dentro de los 182.031 millones que el plan exige. También se pronuncia sobre los trenes que viajen a París, Milán o Estocolmo, cuestión sobre la que carece de competencias.

El proyecto defiende el mantenimiento de las líneas de ancho ibérico entre Barcelona y Valencia, en coincidencia con el Partido Popular y frente a la izquierda catalana, que sostiene la necesidad de prolongar la línea de alta velocidad y ancho europeo a lo largo de todo el corredor mediterráneo. Una vez construida la línea entre Valencia y Madrid, sólo quedaría por convertir al ancho europeo el trecho entre Tarragona y Castellón. La apuesta del PP y del Departamento de Política Territorial supone dejar fuera del sistema ferroviario europeo las comarcas del Ebro.

Un lugar donde el plan ha provocado irritación es el área de Tarragona y Reus. El Gobierno catalán apuesta por una estación de alta velocidad en Perafort. Serviría para la línea Madrid-Barcelona y también para los regionales de velocidad alta que unirían las cuatro capitales catalanas, aunque en el caso de Tarragona y Reus, sus ciudadanos deberían desplazarse primero a Perafort. Dentro de unos años esa estación debería cambiar a algún lugar del Camp de Tarragona que el plan evita precisar. Tarragona y Reus quedarían al margen de la alta velocidad y conectadas sólo al resto de Cataluña, pero al margen de las grandes líneas, y el aeropuerto reusense carecería de estación. El sistema de Cercanías que diseña para esta zona fue calificado por la diputada socialista Carme Miralles de 'muy débil'. El plan prevé que Cercanías siga dependiendo de Renfe, pese a que a efectos de propaganda CiU sostiene que estas líneas deberían pasar al Gobierno catalán.

Comarcas con mal servicio

Donde sí tiene competencias el Departamento de Política Territorial es en materia de transporte por carretera. En este asunto, sin embargo, el plan se expresa con calculada ambigüedad. El plan afirma que hay zonas donde el transporte colectivo es muy deficiente. Las comarcas que se hallan peor son, dice, el Solsonès, Osona, el Baix Empordà, Les Garrigues y el Priorat. Las ciudades con peor servicio son Puigcerdà, Solsona y Sort.

En el año 2005, establece el plan, los residentes en poblaciones de más de 5.000 habitantes o capitales de comarca deberían poder viajar a Barcelona en transporte colectivo interurbano y volver a su casa el mismo día.

En materia ferroviaria, el plan promueve las estaciones de Perafort y el Vallès, en detrimento de Barcelona, hasta el punto de prever que se instalen en ellas, además de en Girona, las terminales de trenes hotel procedentes de países europeos.