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Reportaje:

Epístolas de tolerancia

Niños de Almería y Tánger intercambian cartas en sus centros educativos

'Cuando acontecieron los hechos de El Ejido [los ataques xenófobos de febrero de 2000] estaba estudiando mi último curso de Filología Inglesa en la Universidad de Barcelona. Me impactó tanto constatar la existencia de violencia intercultural que, tan pronto terminé mis estudios, aquel verano sentí la necesidad de viajar a Almería por primera vez y pasear por las calles de El Ejido'. Quien así recuerda es Laura Nogués, la artífice del proyecto piloto de educación intercultural Cuenta Cartas, que ayer clausuró la Diputación de Almería. El resultado de su propuesta, llevada a cabo por la Asociación Wafae de la Lengua y la Cultura Árabe y la institución provincial, ha permitido el carteo de más de 800 jóvenes almerienses y tangerinos y el viaje de un grupo de 36 alumnos, maestros y padres almerienses hasta Tánger. Tanto Nogués como José Batlles, responsables pedagógicos del proyecto, destacan la mezcla de culturas y generaciones como las grandes virtudes de Cuenta Cartas. 'El proyecto ha implicado a los propios padres de los alumnos, que también se han carteado. Por lo tanto abarca a distintas generaciones de una misma cultura. Y es que, si no eres intercultural con tu propia familia es difícil serlo con alguien de fuera', conjetura Batlles.

La experiencia, desarrollada durante el curso escolar 2000-2001, estipulaba el intercambio de cinco cartas entre cinco escuelas de Almería y otras cinco de Tánger. En cada uno de los centros almerienses fueron elegidas dos clases del mismo nivel de edad que ha remitido correo a otro grupo homólogo de Marruecos y viceversa.

Los cruces epistolares, cinco en total (uno por mes y clase) se redactaron en lengua materna con la ayuda de intérpretes árabes y españoles. 'El choque lingüístico era inevitable, pero preferíamos que se expresara cada uno en su lengua materna para ser lo más fiel posible a la transmisión de sentimientos. Los temas de las cartas se consensuaron con padres y profesores aunque luego los chavales fueron libres de escribir lo que quisieran', explica el coordinador pedagógico. Así, en la primera carta, los alumnos intercambiaron presentaciones y aspectos descriptivos de sus colegios para luego desgranar en las sucesivas misivas sus conocimientos respecto al país vecino, las explicaciones que cada grupo ofrecía al otro sobre sí mismo, las descripciones anheladas para un futuro Mediterráneo y la valoración grupal de la experiencia.

Cuenta Cartas vivirá una nueva edición. 'Según nuestros maestros y maestras, hemos aprendido a no ser egoístas puesto que lo importante son las personas, no los países ni de donde proceda cada uno', asegura convencido un alumno del colegio Andalucía de San Isidro, en Níjar.

'Sólo queremos comprenderos'

Algunos de los fragmentos de las cartas intercambiadas entre los alumnos destilan la solidaridad sin condiciones que, como apunta la diputada de Servicios Sociales, Ruth García Orozco, sólo la inocencia de los niños puede conseguir. Son cartas en las que, por ejemplo, alumnos de La Mojonera se dirigen a sus compañeros de la escuela Abdelkim el Khatabi y cuestionan la tibia igualdad entre sexos: '...según la ley, la mujer tiene los mismos derechos que los hombres, pero sigue habiendo machismo en la práctica y queremos animaros para que vosotras luchéis por vuestros derechos ya que todos somos iguales sin importar religión, sexo, raza...'. En otra misiva los alumnos de Vícar aluden al poder de los medios de comunicación: '...no sabemos casi nada porque los medios de comunicación sólo informan del problema de los inmigrantes y del tratado de la pesca...'. Pero José Batlles sintetiza el espíritu del programa y el éxito del mismo en una sola frase que un colegio dirigió a otro: 'No queremos ofenderos, sólo queremos comprenderos'. 'La explicación', apunta Batlles, 'admite, implícitamente, el prejuicio por tener una cultura distinta y por ver las cosas desde aquí, lo cual es un paso enorme'. Por su parte, los niños tangerinos expresaban sus inquietudes sobre un país cercano y del que, al igual que los almerienses, tienen una difusa idea. '¿Es verdad que en todas las familias los hijos se independizan a los 18 años?', preguntan. 'Destacamos nuestro interés y fascinación por el sitio especial que ocupa la mujer en la sociedad española, ¿estos derechos son otorgados por la ley a la sociedad española o los han conseguido las mujeres?', cuestionan estudiantes del centro Abdelkrim el Khatabi. Los padres de los alumnos desvelaron su afán por 'conocer al otro'. 'Queridos padres, os pedimos que no valoréis los comportamientos de los marroquíes a través de experiencias negativas que se ven en el pueblo marroquí, porque son fenómenos que surgen como resultado de una crisis económica y social...', expresa una asociación de padres tangerina a su homóloga almeriense. Todo ha quedado recogido en el libro que sobre el proyecto piloto Cuenta Cartas ha editado Wafae y la Diputación de Almería.

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