Alberto Urkiza presenta en Vitoria una serie de pinturas a las que busca "quitar la luz"
Su muestra 'Euforia. Memoria. Pintura. Fricción' participa en el ciclo 'Arte emergente'
El ciclo denominado Arte emergente que lleva presentando el Centro Cultural Montehermoso de Vitoria durante los últimos meses anunció ayer su última propuesta: las creaciones que ha elaborado Alberto Urkiza alrededor de distintas prácticas artísticas como la pintura, la escultura o la creación de ambientes en espacios determinados. Para ello ha contado con la posibilidad de utilizar la sala Laura de Esquivel, que cuenta con luz natural, para ofrecer un proyecto definido en el que destaca su trabajo en telas con imprimación, en las que descubre nuevos paisajes.
Alberto Urkiza se licenció en Bellas Artes el pasado año, pero su labor creadora tiene un poso mucho más profundo, como se puede percibir en la exposición que hoy se inaugura en el Centro Cultural Montehermoso. Hasta el próximo 28 de octubre, las pinturas desveladas, las fotografías que reivindican el detalle o la instalación que ha diseñado para la sala de la torre permitirán disfrutar del trabajo que ha preparado Urkiza dentro del ciclo Arte emergente.
Ésta es la primera propuesta del curso 2001-02 que se ofrece de una iniciativa que ha querido llevar a la capital alavesa algunas aportaciones de los jóvenes creadores vascos. A partir de ahora, además, Arte emergente dará la oportunidad a los artistas noveles de contar con su propio estudio (con el fin de crear una obra determinada) en instalaciones del Ayuntamiento de Vitoria.
En este caso, Alberto Urkiza también ha pensado en el espacio, sin olvidar sus prácticas artísticas habituales. Así que mantiene su dedicación al desvelamiento de la pintura. 'Mi trabajo parte generalmente de un accidente; a partir de esa casualidad inicio la búsqueda de una referencia plástica', explica el creador de Euforia. Memoria. Pintura. Fricción, título de su exposición en la capital alavesa. En dicha tarea creadora, el artista apuesta por quitar luz a la pintura. 'Si entendemos que la pintura da luz al lienzo en blanco, yo practico el recorrido inverso, mi intención es la de quitar luz', apostilla.
Así, en este trabajo sobre telas con imprimación se pueden descubrir retratos de la vida cotidiana como son Hainbat neurri o Medidas variables o reproducciones infinitas de la peculiar baldosa de Bilbao. También hay reminiscencias del cómic o estampas urbanas, en la serie Fricción o en el lienzo titulado Fisica. Y no falta el paisaje, como se aprecia en la única obra de esta serie en la que aparece el color y que lleva ese título genèrico.
'Ruina romántica'
Urkiza aporta una frase del artista Robert Smithson para explicar esta faceta, quizás la más importante, de su trabajo: 'Esto es lo contrario de la ruina romántica porque los edificios no caen en ruina después de haber sido construidos, sino que crecen hasta la ruina conforme son erigidos'. Éste es el lema que persigue el creador vizcaíno en parte de sus obras.
En el resto, apuesta también por la mirada crítica a su entorno. Aquí se puede incluir su serie de fotografías, sus montajes (como el titulado On, que juega con los conceptos de analógico y digital) o sus instalaciones, en la que hay una mirada inquisitiva a la sobreabundancia de la palabra escrita. Ésta, establecida en el torreón del Centro Cultural Montehermoso, presenta un ambiente casi angustioso, dominado por la presencia infinita de una misma serie de letras (a, s, r, t, e...) a lo largo de las cuatro paredes, de gran altura, de una pequeña sala sin ventanas y con una sola puerta.
El trabajo de Alberto Urkiza se completa con algunas pequeñas escultoras, quizás el aspecto más lúdico de la muestra que ofrece en Montehermoso, como es ésa que juega con pequeñas canicas de colores, que contrasta con la meticulosa dedicación que emplea en su práctica pictórica, en donde cuida hasta el menor detalle.
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