Maragall presenta en el Parlamento catalán su moción de censura contra Jordi Pujol

Pasqual Maragall, líder de la oposición socialista en Cataluña, presentó ayer su anunciada moción de censura al Gobierno de Jordi Pujol, una vez que finalizó el debate sobre política general en el Parlamento catalán. El dirigente socialista justificó la censura como un ejercicio de responsabilidad. Para no quedar prisionero ni aparecer como cómplice pasivo 'de una situación bloqueada' por la dependencia de Convergència i Unió (CiU) respecto al PP, y para dejar claro que frente a ella hay una alternativa. 'Por nosotros no quedará', dijo Maragall.

En los 21 años que los socialistas llevan en la oposición frente a Pujol, ésta es la primera vez que presentan una moción de censura. Y la segunda a la que Pujol se enfrenta en su larga trayectoria como presidente. La primera fue en 1982, frente a Josep Benet, que le censuró en nombre del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC, comunista).

El líder socialista cuenta con los 50 votos de su grupo, a los que es probable que se sumen los cinco de IC-V, frente a los 68 del bloque PP-CiU. Él mismo reconoció ayer que es improbable que la moción prospere, pero dejó claro que no busca sólo convencer a los diputados, sino al electorado. 'Para nosotros, convencer será vencer', afirmó.

Pacto PP-CiU

La moción se presentó al término del debate de política general en la Cámara catalana, el cual tuvo un final feliz para la alianza PP-CiU. Ambas formaciones votaron conjuntamente las mismas resoluciones al término de las sesiones del Parlamento. La intervención de la dirección popular, desde la madrileña calle de Génova, hizo que sus colegas catalanes reconsideraran el enfado que en la noche del miércoles amenazó con dar al traste con las relaciones PP-CiU.

La indignación popular estaba motivada por los coqueteos políticos del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) durante el debate. Josep Lluís Carod, dirigente republicano, propuso al líder nacionalista moderado cambiar de bando, dejar la trinchera del PP y pasar al terreno del catalanismo que hunde sus raíces en el antifranquismo. Pujol no quiso cerrar la puerta de esta alianza con suficiente fuerza y los populares, encabezados por su presidente Alberto Fernández, montaron en cólera hasta el punto de que hasta la mañana de ayer no se comenzaron a pactar las resoluciones de PP-CiU.

La situación vivida en al Parlamento catalán es un anticipo del agitado final de legislatura que aguarda a las fuerzas políticas autonómicas. Los convergentes se han replanteado su pacto con el PP, que es probable que se rompa a partir del próximo año, una vez aprobados los Presupuestos Generales del Estado y los de la Generalitat.