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PACTO INSTITUCIONAL

El PSOE suspende el pacto para renovar 36 cargos hasta que Rato pida disculpas

El PP considera que las críticas parlamentarias del vicepresidente no afectan al acuerdo

El PSOE no se sentirá vinculado al pacto alcanzado con el PP para la renovación de los órganos constitucionales mientras el Gobierno no desautorice a Rodrigo Rato. El vicepresidente segundo y ministro de Economía acusó el miércoles al líder de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, de hacer 'chantaje' al supeditar el acuerdo a la inclusión de 'su amigo' Jaime González en la Comisión Nacional de la Energía. Para demostrar la 'firmeza' de su indignación, el PSOE retiró ayer del Congreso y el Senado las candidaturas negociadas con el PP. Los populares replican que el pacto sigue vivo.

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El interminable debate sobre la renovación de los órganos constitucionales ha vuelto a sufrir un parón, cuando todo parecía ya preparado para que las Cámaras votaran el 24 de octubre a los 20 miembros del Consejo General del Poder Judicial, los 12 del Tribunal de Cuentas y cuatro vacantes del Tribunal Constitucional. Las palabras del presidente del Gobierno, José María Aznar, en Alemania, refrendando la importancia y validez del pacto no sirvieron para que el PSOE se sintiera satisfecho.

Todo lo contrario. Al escucharlas, el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, ordenó que fueran retiradas de los registros del Congreso y del Senado las candidaturas pactadas por el PP y el PSOE para aquellos tres órganos.

'Hay unos acuerdos y yo espero y deseo que se respeten por todas las partes, sin necesidad de otro comentario'. Estas palabras de Aznar movieron al PSOE a reafirmarse en su desvinculación del pacto y comentar que había sido el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, quien lo había 'reventado'.

Rato es el culpable, a ojos del PSOE, por dar una versión de los acuerdos que resulta insultante para los socialistas e incómoda para sus compañeros del PP. Los socialistas, además, se aferran a que el nombre de Jaime González como consejero de la Comisión Nacional de la Energía lo propuso el PP como solución para que los socialistas no continuaran proponiéndole para el Tribunal de Cuentas, lo que hubiera llevado a que este órgano contara con 'cuatro políticos' en la candidatura socialista, algo inasumible para los populares.

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Desde que el miércoles Rato acusara en el Congreso a Rodríguez Zapatero de hacer 'chantaje' hasta el mediodía de ayer, el PSOE estuvo meditando su respuesta. 'El PSOE no puede sentirse vinculado a un acuerdo para la renovación de órganos constitucionales que para el vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, es fruto del chalaneo y del chantaje, y que sitúa al Parlamento y su función democrática de elegir a los miembros de los órganos constitucionales como un zoco donde se practica el chantaje. El Gobierno sabrá lo que tiene que hacer'. Esta declaración, en tono solemne, del portavoz parlamentario Jesús Caldera fue fruto de una larga discusión de la cúpula socialista. Como conclusión, José Luis Rodríguez Zapatero, 'muy molesto', resolvió dejar en suspenso el acuerdo. 'Falta de seriedad, de lealtad, golpe bajo, irresponsabilidad institucional', fueron algunas de las expresiones que utilizaron miembros de la dirección socialista para justificar esta actitud. 'Si no nos ponemos firmes, la siguiente vez nos tirarán zapatos desde los bancos del PP', dijo uno de estos dirigentes, quien, no obstante, reconoce que el daño que está sufriendo el PSOE con este episodio 'por la mala fe' de Rato es ya casi irreparable.

La pasada semana, Rato, cuando ya estaba fijada una reunión para intentar el acuerdo, reprochó a los socialistas que sólo quisieran 'colocar a ex ministros molestos para Zapatero'. Hubo rápidas llamadas de disculpa del PP, encuentros secretos y el pacto fue posible. Una vez cerrado oficialmente el pacto el lunes, el vicepresidente volvió a la carga y apuntó directamente hacia Zapatero para defenderse de la exigencia de responsabilidades políticas que el PSOE le plantea a Rato por el caso Gescartera.

¿Qué tipo de reparación exige el PSOE para retomar y votar en pleno el acuerdo? Esta pregunta no tiene todavía una respuesta clara. Los socialistas esperan una iniciativa contundente del Gobierno que salve 'la dignidad' del Parlamento y el derecho constitucional de los grupos parlamentarios a proveer esos cargos. De manera oficiosa se apunta desde el PSOE que el vicepresidente debe pedir disculpas en público y, si no lo hace, que sea el propio Gobierno el que le desautorice.

La dirección del PP descarta ambas opciones y opta por enfriar la disputa. Distintos dirigentes de ese partido, como el ministro de Justicia, Ángel Acebes, el portavoz oficial del PP, Rafael Hernando, y el parlamentario, Luis de Grandes, se afanaron ayer en quitar importancia a la intervención de Rato, que catalogaron como 'normal' en los rifirrafes parlamentarios. Hernando aprovechó, eso sí, para llamar 'infantiles e inmaduros' a los socialistas por una reacción que el PP ve 'desproporcionada'.

Gerhard Schröder y José María Aznar, ayer, en Quedlimburgo.
Gerhard Schröder y José María Aznar, ayer, en Quedlimburgo.EFE

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