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DEBATE DE POLÍTICA GENERAL

Maragall se afianza como alternativa frente a un Pujol que prepara su retirada

Pujol responde a las críticas de Maragall con ataques al PSOE

Enric Company

El cara a cara entre Pasqual Maragall y Jordi Pujol en la segunda sesión del debate parlamentario sobre la orientación política del Gobierno catalán dejó ayer en el ánimo de los diputados la clara sensación de que estaban asistiendo al cruce entre un presidente que se va y uno que viene. 'Coincido con usted, señor presidente, en que su etapa de gobernante ha pasado', espetó Maragall a Pujol tras recordarle que en enero justificó la creación del cargo de conseller en cap por su deseo de dedicarse a reflexiones de futuro y a la presencia internacional de Cataluña.

Pasqual Maragall criticó a Pujol una larga lista de incumplimientos del programa electoral de la coalición nacionalista y de los compromisos de la investidura. Pero su principal acusación fue que, como fruto de la incómoda alianza con el PP, el Gobierno catalán 'se ha instalado en el pesimismo' y en la 'ausencia de ambición'. Por todo ello le anunció al presidente de la Generalitat la inminente presentación de una moción de censura.

El Gobierno merece la censura, explicó Maragall, porque es un Ejecutivo 'instalado en la provisionalidad permanente', siempre con una 'reestructuración pendiente' y del que han desaparecido los consejeros que tenían 'ilusión y capacidad de pacto': Xavier Trias, Joaquim Triadú y Josep Antoni Duran Lleida se ha visto reducido, precisó el líder socialista, a 'diputado raso'. El balance del cargo de conseller en cap se reduce, según Maragall, a un aumento de los contratos para asesoramiento de imagen, publicidad y sondeos. 'El año Mas ha sido peor que el año Pujol', dijo.

Los diputados convergentes habían hinchado en los últimos meses el globo de los anteriores tropiezos parlamentarios de Maragall en las sesiones de control al Gobierno. Esperaban que hoy tuviera un tropiezo, pero no fue así. Se encontraron con que retornaba el Maragall del principio de la legislatura. Un Maragall seguro de sí mismo, con ideas propias sobre lo que necesita Cataluña y con una concepción de su situación en España distinta de la que CiU lleva 21 años aplicando desde el Gobierno de la Generalitat. Y alentado todavía por haber recibido en las autonómicas de 1999 más número absoluto de votos que Pujol.

Compromiso electoral

Dos años después de las elecciones, Maragall acusó a Pujol de no haber podido cumplir su compromiso electoral, resumido en el lema 'más dinero y más poder para Cataluña', y de batirse en retirada. 'Ustedes no han conseguido ni más poder, ni más dinero para Cataluña', le espetó. No más dinero, argumentó, porque el Gobierno de Aznar acaba de repetirle la jugada que le hizo ya en la anterior legislatura. Entonces recortó la base del IRPF, el impuesto que debía mejorar la financiación de la Generalitat. Ahora, después de pactar la reforma de la financiación, ha prohibido por ley que la Generalitat pueda endeudarse.

Para mostrar la impotencia del Gobierno de CiU ante el de Aznar, el político socialista recordó 'el vergonzoso episodio' de las placas de matriculación y el anuncio de que CiU apoyará los presupuestos del Estado, antes incluso de conocerlos. 'Por tanto, ni más poder, ni más dinero, ni más respeto', concluyó Maragall.

La base del fracaso del Gobierno de CiU en esta legislatura está, explicó Pasqual Maragall, en la debilidad política resultante del pacto con los populares. 'Ustedes dependen aquí del PP, mientras que el PP no depende de ustedes allí', precisó el político socialista. Hasta el extremo, indicó, de que CiU ha llegado incluso a avalar un Plan Hidrológico Nacional 'que es la peor agresión al territorio y al medio ambiente en los últimos 20 años'.

Pero el momento en que el debate entre Maragall y Pujol alcanzó más intensidad fue cuando el líder socialista acusó al presidente de 'arrastrar a la sociedad hacia el pesimismo para justificar su propio pesimismo'. Insistió en ello. 'No es lícito lamentarse por la falta de aspiraciones colectivas para esconder la pequeñez de las propias'. Sobre todo, remató, si en el pasado fueron grandes y ahora han dejado de serlo 'por cansancio'.

La mejor parte de la respuesta de Pujol vino, paradójicamente, a dar la razón al líder de la oposición. Porque abonaba y daba la razón a las alusiones al agotamiento de su proyecto, la falta de ilusión y el desgaste producido por los años que salpicaron la intervención del líder socialista. Y que luego serían en buena parte esgrimidas también en su turno por el secretario general de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod.

Eso sucedió cuando Pujol se remontó nada menos que a 1980 para explicar las razones profundas, a su juicio, de su primera victoria electoral. Aquel éxito comenzó a fraguarse, aseguró Pujol, cuando en plena campaña tuvo el acierto de 'apelar a la moral del esfuerzo y la responsabilidad' colectiva frente a al predominio en los demás partidos de 'la demagogia, la irresponsabilidad, la frivolidad y la alegría inconsciente'. Pujol lo definió como el triunfo de la jaculatoria Sant Pancràs, doneu-nos salut i feina frente a los programas políticos de la izquierda. Un milagro del que ahora espera una repetición, porque CiU, aseguró, 'sigue estando donde estaba entonces'.

Excursiones por la historia

Pero esta excursión de Pujol por los orígenes de su historia como gobernante, que para algunos diputados jóvenes es incluso prehistoria, dio claramente la medida de la situación en que se halla el presidente de la Generalitat, en un momento en que su contrincante le recriminaba cansancio y desgaste de las ilusiones: Veintiún años seguidos en el gobierno. Luego él mismo reforzó esta imagen ilustrando sus explicaciones con otro ejemplo de 1982: los pactos de financiación entre Trias Fargas y García Añoveros, ambos ya fallecidos. 'Quizá los diputados más jóvenes no lo recuerden', reconoció.

El principal argumento del presidente para defenderse ante Maragall fue, no obstante, la vinculación entre el PSC y el PSOE. Es su recurso habitual en las confrontaciones con los socialistas catalanes. Maragall le había recriminado que el Gobierno catalán y CiU han preferido la alianza con el PP en vez de atender las ofertas de actuación conjunta de las fuerzas catalanas. Pujol descalificó así el argumento: '¿Acuerdos con quién?, ¿con el PSOE? ¡Pero si es el señor Caldera quien dice que las cosas de España han de pactarlas el PSOE y el PP! ¡Si son ustedes, los socialistas, quienes pactan con el PP los asuntos de fondo, los que determinan la estructura del Estado!'.

Euforia socialista

El desarrollo del debate produjo una explosión de euforia entre los diputados socialistas. También ellos habían temido un tropiezo de Maragall y al comprobar que no se producía recuperaron el ánimo perdido en los últimos meses. Todo eran felicitaciones y elogios hacia su jefe. Había superado las expectativas de algunos de los más destacados dirigentes del PSC, que días atrás se daban por satisfechos si Maragall lograba, simplemente, no perder el debate.

Expresión también de la confianza en sí mismo y en la marcha del debate fue que Maragall mostrara su convencimiento de que saldrá políticamente vencedor en el debate de la moción de censura, que probablemente se lleve a cabo la semana próxima. Los dirigentes del PSC barajan las fechas del 10 y 11 o el 17 y 18. Pero ayer se inclinaban por las primeras. 'Dijimos que le pondríamos una moción de censura y se la ponemos', ratificó Maragall. Y aunque acto seguido reconoció la imposibilidad de ganarla númericamente ante la obviedad de que el PP no va a dejar caer al Gobierno de Pujol, Maragall expresó su convicción en que obtendrá con ella una victoria política. '¡Pues claro que la ganaremos! ¡Si en esta situación lo que deberíamos hacer es presentar una cada año!', exclamó ante el alborozo de los diputados de su grupo parlamentario.

Pasqual Maragall, ayer en su debate con Jordi Pujol.
Pasqual Maragall, ayer en su debate con Jordi Pujol.

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