Goteras culturales
Sagunto 28 de septiembre de 2001. Numeroso público aguarda bajo la lluvia ante las naves de Altos Hornos de Sagunto para asistir a Las Troyanas de Eurípides. Hay que llegar con tiempo para conseguir una buena localidad pues las entradas no son numeradas. ¿Será tan difícil numerar las localidades?
Cuando se abren las puertas, los asistentes reciben una publicación en la que con todo lujo tipográfico se destina una tercera parte de sus 100 páginas a fotografías y escritos de Zaplana, Olivas, Tarancón, Millás, Ciscar, etc. ¿Cuánto nos ha costado esa publicación? Allí puede leerse: 'Desde la Generalitat Valenciana existe una decidida apuesta por la cultura' (Zaplana), 'nuestra firme apuesta por estar al frente de todas las innovaciones' (Olivas) etc.
El público va tomando asiento en sus localidades, queda alguna fila libre protegida por una señorita de uniforme... es la fila reservada para protocolo. Algunos espectadores abren sus paraguas pues sus localidades están bajo goteras o, mejor dicho, casi a cielo abierto.
Veinticinco minutos después de la hora anunciada para el comienzo de la representación aparecen los actores para anunciar la suspensión debido a la lluvia. No aparece ningún responsable de la productora (Generalitat) ni de las entidades coproductoras (Teatres de la Generalitat, Consejería de Cultura, etc.).
Todos los partes meteorológicos anunciaban fuertes lluvias para el fin de semana. Nadie ha previsto tal circunstancia, nadie ha pensado colocar una cubierta provisional sobre el escenario, pero eso sí: no falta la zona VIP convenientemente protegida y dotada de un buen bar.
El presupuesto de la producción supera los 400 millones de pesetas y tiene que suspenderse por causa de la lluvia... ¿no resulta lamentable? ¿Era necesaria tanta precipitación para poner en escena la obra en el mes de septiembre? ¿No ha sido posible destinar parte del presupuesto a una mínima restauración de lo que en teoría debe ser una estructura estable para el desarrollo y el aprendizaje de las artes escénicas?
Mientras tanto numerosos grupos independientes de teatro han visto reducidas o suprimidas las ayudas que recibían de la Generalitat. ¿Había que ahorrar para Las Troyanas? Mientras tanto la Escuela de Arte Dramático de Valencia sigue sin tener unos locales propios, sigue teniendo dificultad para cubrir las ausencias de profesores... ¿Será Zaplana capaz de reparar las goteras de su política cultural?
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