Aguas de Valencia presenta la única oferta para gestionar el servicio de agua de la ciudad
AVSA tendrá el 80% de la sociedad y el Ayuntamiento el 20% restante
Aguas de Valencia (AVSA) gestionará el servicio de abastecimiento de agua potable de la ciudad de Valencia durante medio siglo más. La sociedad, recién remodelada para dar entrada a nuevos accionistas, presentó ayer la única oferta al concurso convocado por el Ayuntamiento de Valencia para seleccionar al socio privado que controlará con un 80% del capital la sociedad mixta concesionaria del servicio. AVSA, presidida por Vicente Boluda, aporta a la nueva sociedad los activos en los que ha invertido durante el periodo de la concesión, valorados en 7.000 millones de pesetas.
Aguas de Valencia fue la única compañía que ayer presentó oferta al concurso convocado para seleccionar al socio privado que junto al Ayuntamiento de Valencia explotará la sociedad encargada de gestionar durante 50 años el servicio de abastecimiento de agua potable en la ciudad. Ayer se cerró a la una de la tarde el plazo de presentación de ofertas al concurso, que deberá resolverse en los tres próximos meses, ya que la concesión expira a principios de 2002. El nuevo gestor debe comenzar a operar en marzo.
Fuentes de la compañía no concretaron el contenido de la oferta a la espera de que el Consistorio proceda a su apertura en unos días. En cualquier caso, la propuesta de AVSA se ciñe al pliego de condiciones elaborado por el Ayuntamiento de Valencia para este concurso. AVSA aportará 7.071 millones de pesetas a cambio del 80% del capital y la Corporación municipal, el 20% restante. La compañía deberá además subrogarse el crédito por importe de 4.100 millones de pesetas para sufragar el déficit que arrastra el fondo de pensiones de Aguas de Valencia. El resto de condiciones del pliego obliga al nuevo gestor a congelar las tarifas durante el primero año de vigencia del contrato y a suscribir una póliza de responsabilidad civil de 600 millones de pesetas para los casos de siniestro. También le obliga a invertir unos 17.000 millones de pesetas en mejoras de la red en la próxima década.
La presentación de la oferta se produce dos días después de que la sociedad, prestataria del servicio desde principios del siglo pasado, remodelase su accionariado para dar entrada a nuevos socios locales. La reestructuración del consejo ha aumentado el peso del Grupo Bancaixa en la sociedad y dado entrada por primera vez al constructor Luis Batalla (Lubasa) y a Facsa, de Castellón. Además figuran como accionistas la firma Saur International, filial del grupo francés Bouygues, el BSCH, y el naviero valenciano Vicente Boluda.
La concesión del servicio de abastecimiento de agua potable a la ciudad de Valencia, valorado en medio billón de pesetas, es el contrato más importante, en cuantía económica, de cuantos gestiona el Consistorio municipal, que preside la alcaldesa Rita Barberá, del PP. La concesión actual está previsto que expire el 22 de marzo del año próximo.
Tres años de guerra
La presentación de una sola oferta, la de Aguas de Valencia, a lo que se ha bautizado como el contrato del siglo, explica los tres años de guerra accionarial por los que ha pasado Aguas de Valencia. La lucha, desatada en agosto de 1998 al calor de unas polémicas declaraciones del concejal del PP Alfonso Grau, quien exigió la valencianización del capital de AVSA como requisito previo a la adjudicación del concurso, adquiere tres años después todo su sentido. AVSA era la elegida para renovar la concesión y quien no estuviera dentro se quedaba al margen del negocio. El accionista francés -Saur-, entonces mayoritario en el capital de AVSA, se ha visto obligado a ceder posiciones al Grupo Bancaixa y a las empresas locales Lubasa y Facsa para contentar a las diferentes familias del PP, interesadas todas ellas en el contrato. Por el camino ha caído el que fuera gerente y consejero delegado de AVSA, Álvaro Aguirre. Ahora, con el contrato prácticamente garantizado, están los que estaban y algunos más -Vicente Boluda, Lubasa y Facsa-. La única incógnita es cómo reaccionarán algunos de estos accionistas cuando tengan seguro el contrato a finales de este año o principios del siguiente. ¿Se quedarán o venderán a terceros?
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