El posgrado se consolida como una vía flexible para la especialización

Hoy día es impensable que un estudiante acabe su carrera y pretenda aguantar toda su vida profesional con lo aprendido en esos años. Al contrario, como comenta Francisco Martos, vicerrector de Postgrado y Formación Continua de la Universidad de Granada, 'es más que posible que muchas de las cosas que se aprenden en una carrera de cuatro o cinco años resulten obsoletas cuando se accede al mercado de trabajo'. Para evitar esto, las universidades refuerzan cada año su oferta de estudios para aquellos estudiantes que ya tienen un diploma bajo el brazo.

Todas las universidades andaluzas ofrecen cursos de master (más de 500 horas), expertos (entre 200 y 500 horas) y otros cursos de formación complementaria de menor duración lectiva. La flexibilidad es un valor de estos cursos: se programan cada año y, si no funcionan, se suprimen. Según Martos, 'la enseñanza no reglada -los diversos títulos que no son licenciatura, diplomatura o doctorado que se ofrecen en las universidades- va a ir a más'. Especialmente, cree este vicerrector, en el ámbito de los cursos 'complementarios, que son de escasa duración pero fundamentales en el reciclaje profesional de muchos profesionales en ejercicio'. En estos cursos, los alumnos reciben información muy extensa sobre aspectos muy concretos de su profesión, como una técnica quirúrgica específica o, por ejemplo, cómo hablar en público. Ese es el otro valor de estas enseñanzas posteriores a las carreras: buscan la utilidad práctica para el estudiante en el mundo laboral.

Entre los masters y cursos de expertos que se ofrecen en las universidades públicas andaluzas se pueden encontrar todo tipo de enseñanzas -criminología, por ejemplo, es un clásico-, aunque se tiende a ofertar lo que demanda el mercado más cercano.

Adecuar la formación

Así, la Universidad de Málaga ofrece este año, entre su amplio catálogo, un curso de experto en Dirección y gestión de campos de golf, sin duda algo que tiene gran futuro en la Costa del Sol. Enrique Torres Bernier, director de estos cursos y profesor de Economía Aplicada, cree que este curso surge, por una parte, 'de la necesidad de ofrecer al turismo un producto de calidad' y, por otra, 'de la obligación de gestionar un campo de golf -de los que Andalucía cuenta ya con alrededor de 60- de acuerdo a las obligaciones medioambientales y de calidad de gestión que requiere el turismo hoy día'. En Jaén, ya hay expertos universitarios en cata de Aceite de Oliva; la Universidad de Córdoba, ofrece este curso la 13ª edición de su master en equinotecnia; después de 600 horas teóricas y prácticas y con más de 60 profesores, el resultado serán profesionales del mundo del caballo con los últimos conocimientos disponibles. En Cádiz, un curso de Cooperación al desarrollo internacional y en la inmigración puede enseñar a personas que cualquier día se verán enfrentados a los inmigrantes que allí llegan.

Por otra parte y, contra lo que podría pensarse, las universidades andaluzas no se han lanzado a cursos de gran duración en el ámbito de las nuevas tecnologías. La razón, según el responsable de estos estudios de la universidad de Granada es sencilla: 'ningún estudiante de informática, por ejemplo, está dispuesto a estudiar después de su carrera durante un año entero o dos para hacer un master, sobre todo, porque hay trabajo de sobra y muy bien remunerado como para salirse del mercado de trabajo'.

Lo que sí abunda en este campo son los cursos de formación complementaria: en dos o tres semanas, los estudiantes pueden aprender todos los trucos, por ejemplo, de aplicaciones informáticas concretas que le son de gran utilidad luego en su trabajo. Una excepción aparece en Málaga, que ofrece un curso de experto, inédito en España, de inteligencia artificial y psicología cognitiva. Allí, los alumnos aprenden, entre otras cosas, a simular en un ordenador los procesos de aprendizaje humano rodeados de profesores de las más variadas disciplinas.