Dos años de cárcel a un constructor por la muerte de un albañil

El Tribunal Supremo ha condenado a dos años de cárcel por homicidio con imprudencia grave al propietario de la constructora Sabonac, José Antonio Gutiérrez Soriano, y al aparejador José Hurtado García, como responsables de la muerte de un obrero que se precipitó al vacío al no cumplir la obra las medidas de seguridad. Tanto Gutiérrez como Hurtado habían sido absueltos del delito por la Audiencia Provincial de Murcia que juzgó el caso en primera instancia, al considerar probado que 'los trabajadores no utilizaron el casco porque así podían realizar el emparrado con mayor facilidad'.

El Supremo, en cambio, considera que los condenados son responsables porque no velaron por el cumplimiento de lo contemplado en el estudio de seguridad e higiene que realizó el arquitecto de la obra, en el que se establecía que 'todos los huecos de planta estarán protegidos por barandillas y rodapiés, además, en los huecos de ascensor y escaleras por las que no ha de transitar, se protegerán con mallazo empotrado en cada planta durante el hormigonado de las mismas'. El accidente ocurrió el 2 de agosto de 1996 cuando Diego Sevilla se precipitó por el hueco de escalera, desde una altura de dos pisos cuando se encontraba colocando unas vigas en un edificio en construcción. El obrero sufrió un grave traumatismo que le produjo la muerte tres días más tarde.

'La conciencia social y el disfrute de las comodidades inherentes al desarrollo de los pueblos', explica el Supremo, 'exigen que haya de tolerarse actividades dentro de unos límites tolerables. El riesgo ha de estar controlado por la adopción de una serie de medidas que lo enmarcan para que no exceda de lo imprescindible'. El Supremo falla que los condenados indemnicen con 40 millones de pesetas a la viuda del trabajador fallecido y con 5, a su madre.