_
_
_
_
OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Abandono de mascotas

Me gustaría contarles algo de lo que he sido testigo directo y que me ha producido un gran dolor. El día 7 de septiembre por la tarde viajaba en coche hacia el aeropuerto de Barajas, en Madrid, con mi mujer y sus padres, a despedir a mi suegro que partía de viaje en un vuelo que salía poco después.

En pleno trayecto nos encontramos, en la carretera de Colmenar Viejo, con un pobre perro pastor alemán tumbado en el medio de la vía, con las dos patas delanteras seccionadas, me imagino que por el atropello por parte de un vehículo, que tal vez no pudo evitar a tiempo el arrollarlo, pero cuyo conductor, desde luego, no paró después para comprobar el estado del animal y hacer lo posible por ayudarlo.

El pobre animal parecía tranquilo, como aceptando la pérdida de sus dos patas delanteras, quizás recordando, puede que con cariño (y puede que incluso perdonando), a las personas que lo habían abandonado y que, con ello, habían provocado su desgracia.

La densidad del tráfico no nos permitió parar para socorrer al animalito, aunque llamamos por el móvil a los servicios, supuestamente, de ayuda para que se hicieran cargo de la situación, pero ni en el 091 ni en el 092 quisieron hacer nada más que pasarnos de unos a otros, hasta que logramos contactar con el 062, que de inmediato acudió a la zona.

Este no poder hacer nada hizo que nos doliera todavía más el alma por ese perro que, seguramente, no había causado ningún mal a nadie durante toda su vida.

Sólo me queda preguntar al aire, porque nadie seguramente me lo sabrá contestar: ¿cómo puede existir gente con tal falta de sensibilidad como para abandonar a un animal ya grande (por su aspecto ya era adulto cuando lo dejaron), que no me cabe duda de que había dedicado toda su vida a sus amos, aunque no se lo merecieran? ¿Cómo pueden esos amos seguir mirando a la cara a sus hijos, a sus vecinos, a sus compañeros de trabajo? ¿Qué se puede esperar de que individuos de esa calaña enseñen a sus hijos acerca de la solidaridad, el amor, la dedicación a los demás?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Estoy seguro de que el perro protagonista del hecho que les he contado, haya sido el que haya sido su destino, ya ha perdonado a los indeseables que lo abandonaron porque, según me imagino que dirán, 'no podían ocuparse de él'.

Él, sin duda, nunca lo haría.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_