Bergara plantea invertir otros 80.000 millones para aliviar el tráfico a Bilbao

La Diputación de Vizcaya anunció ayer inversiones multimillonarias extraordinarias dedicadas especialmente a aliviar el saturado tráfico de acceso a Bilbao. El diputado general, Josu Bergara, planteó en su declaración pública anual ante las Juntas Generales un nuevo plan viario que se acometería a partir de 2003, cuyo proyecto fundamental es la construcción de una gran variante -de cerca de 14 kilómetros- paralela a la A-8 que discurriría entre Arrigorriaga y Trapagaran y el adelanto de los plazos de tres carreteras previstas. En total, una inversión de 80.000 millones que se financiaría fundamentalmente por una nueva sociedad foral pública, el mantenimiento del peaje en la A-8 (en 2003 termina la concesión) y aportaciones de la Diputación.

Bergara añadió además otra inversión extraordinaria de 15.000 millones para infraestructuras sociales, aunque, como en la anterior propuesta, el equipo de gobierno PNV-EA no tiene la mayoría suficiente para llevarlos a cabo. De hecho, los peneuvistas presentaron recientemente al PSE el gran proyecto de carreteras para sondear su apoyo, pero los socialistas lo rechazaron fundamentalmente porque defienden la supresión del peaje.

La propuesta de Bergara fue acogida de manera diferente por la oposición. El PP pidió la inminente creación de una comisión especial de las Juntas Generales que abordase este proyecto a fondo y defendió el logro de un consenso con todos los partidos.

En el debate posterior a su intervención, Bergara aceptó la creación de la comisión especial que será ahora promovida por su grupo juntero. Josu Montalbán, portavoz del PSE, insistió en su rechazo al mantenimiento del peaje en la A-8 y propuso abordar la situación de las infraestructuras viarias vizcaínas en el Parlamento vasco con la creación de un fondo de compensación para desequilibrios interterritoriales en esta materia. Además, planteó el cambio en la ley de carreteras para que los accesos viarios de conexión entre las provincias vascas pasen a depender del Ejecutivo autónomo, lo que obligaría a modificar la Ley de Territorios Históricos.

El proyecto, denominado por el diputado general como Plan Especial de Accesibilidad Bizkaia 2003, obligaría a modificar el Plan foral de Carreteras aprobado hace dos años con vigencia hasta 2016. En él, no se incluye la llamada por Bergara Variante Sur Metropolitana. Este vial sería de peaje y conllevaría el adelanto de otras tres carreteras: el eje del Ballonti, la futura autovía de la Margen Izquierda, con un presupuesto estimado de 16.500 millones sin, hasta ahora, fecha de inicio de las obras; la conexión del corredor del Txorierri con la A-8, en fase de trabajos, y la variante de Alonsotegi, uno de los tramos del corredor de Cadagua, cuyo coste se estima en 10.000 millones y pendiente de fecha de construcción.

El diputado general dijo que esta propuesta, que se acometería a partir de 2003 dado que gira en torno a la conclusión de la concesión de la A-8, pasa por mantener el peaje en la autopista, que generaría recursos económicos para acometer esta inversiones. Sin embargo, las Juntas vizcaínas, con los votos de la oposición, se han postulado en favor de suprimirlo. La financiación se completaría con 7.000 millones de pesetas aportados por la Diputación en los próximos siete años, además de un préstamo a la nueva sociedad foral -que gestionaría los peajes de la A-8 y la Variante Sur y las obras de todo el magno proyecto- de 5.500 millones.

La multimillonaria inversión, junto a otros 15.000 millones extraordinarios destinados a nuevos centros para discapacitados, centraron la intervención de Bergara, quien también se refirió a la negociación del Concierto Económico. Consideró que su caducidad el próximo 31 de diciembre 'no debe convertirse en condicionante obsesivo de la negociación' y que no sería preocupante la aprobación del nuevo fuera de plazo al existir 'elementos normativos suficientes que apoyan y fundamentan una eventual prórroga del actual texto, de lo que ya contamos con antecedentes históricos que lo avalarían'.

Exclusión de Batasuna

A diferencia de hace un año, la máxima autoridad vizcaína apenas se refirió a los necesarios pactos para contar con presupuestos en 2002 y dijo que sólo reclama 'entendimiento, respeto, lealtad institucional, discrepancia positiva y matizada'. Reiteró que no alcanzará ningún tipo de acuerdo con Batasuna: 'Quien no se desvincule de la violencia se autoexcluirá de llegar a acuerdo alguno con esta Diputación'. Como el año pasado, invitó a la oposición 'a abrir una nueva etapa' y fue más concreto sobre las cuentas del próximo ejercicio: se comprometió a presentarlas ante las Juntas 'en la fecha prevista en el reglamento', es decir, antes del 31 de octubre.

El diputado general destacó que el pasado año la riqueza de Vizcaya creció un 5,4%, superior a la media del País Vasco, 'lo que no ocurría desde hace ocho años' y abogó por elaborar un presupuesto no expansivo para el próximo ejercicio pese a que la deuda viva sobre las cuentas económicas ha bajado hasta el 77%.