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ESCALADA CRIMINAL

La policía hará controles semanales en las zonas frecuentadas por colombianos

Los investigadores también se centrarán en los inmigrantes ecuatorianos

F. Javier Barroso

La Jefatura Superior de Policía ha lanzado una orden muy clara a todas las comisarías de la región: los agentes deben centrarse en los domicilios y lugares de encuentro habituales de inmigrantes colombianos. La llamada Operación Café incluye la realización de controles semanales en estas zonas. Todos los datos que sean recopilados en dichos controles se meterán en una base de datos y en álbumes específicos que serán difundidos a todas las unidades policiales. La orden también incluye la vigilancia de la comunidad ecuatoriana.

Los objetivos de la Operación Café son muy claros: busca identificar y detener a los autores de los últimos crímenes, que han creado 'una gran alarma social y la consiguiente sensación de inseguridad', según consta en la orden firmada por el jefe superior de Policía en Madrid, Julio Corrochano, y el inspector de Servicios, Felipe Nieto. Además, está destinada a crear un banco de datos informáticos, de uso exclusivamente policial, con el fin de poder identificar a los autores de los delitos.

Para ello se harán 'identificaciones selectivas y controles en los lugares de ocio y esparcimiento' y en otros de reunión tales como 'restaurantes, pubs y locales de salsa', además de recopilar información sobre los vehículos usados por los inmigrantes y sus domicilios. La orden incluye establecer posibles relaciones entre los delincuentes colombianos y los españoles y las modalidades delictivas que suelen practicar.

Todos los datos facilitados por las comisarías y las brigadas de Policía Judicial, Extranjería y Documentación, Seguridad Ciudadana y Científica serán remitidos al Grupo de Análisis y Tratamiento de la Información (GATI), un enorme cerebro informático que contiene millones de datos que abarcan incluso detalles personales y aparentemente irrelevantes (costumbres y amistades de los fichados). Aquí se creará un nuevo fichero de colombianos que se irá completando con los controles semanales de cada comisaría.

La orden apela a la ley Corcuera, de Protección de la Seguridad Ciudadana, para apoyar que 'todo individuo al que se le solicite la identificación y no se pueda completar deberá ser trasladado a comisaría' y retenido hasta que quede clarificada su filiación. La orden firmada por Corrochano establece la realización de cacheos selectivos para identificar a los posibles autores de delitos. Especial hincapié se hace en los vehículos ocupados por ciudadanos colombianos. Los agentes deberán comprobar exhaustivamente la documentación del automóvil, su matrícula, el número de bastidor y fijarse en que éste no haya sufrido manipulaciones.

Los policías también están obligados a registrar los vehículos para 'descubrir o encontrar armas blancas o de fuego, droga o efectos procedentes de delitos'. 'Al paso, se deberán registrar meticulosamente las mochilas, en las que suelen transportar útiles para el robo, armas blancas o de fuego, cinta americana para amordazar, plásticos endurecidos, guantes, pasamontañas o medias, o efectos procedentes de delitos', recuerda la orden de la Operación Café.

Cada comisaría de zona o de los municipios más importantes de la región está obligada a hacer los controles semanales en las zonas de inmigrantes colombianos. Antes de efectuar estas redadas, deberá comunicar la hora, el día y el lugar exacto a la Jefatura Superior de Policía. También especificará si necesita ayuda de agentes antidisturbios de la Brigada de Seguridad Ciudadana.

Perfil de los delincuentes

El escrito del jefe superior de Policía, que consta de seis folios, envía un perfil de los supuestos delicuentes: se trata de individuos de nacionalidad colombiana y ecuatoriana, generalmente jóvenes de ambos sexos, con domicilio desconocido en la capital (afirman que acaban de llegar a Madrid) y que utilizan vehículos alquilados o de segunda mano. Éstos suelen estar a nombre de delicuentes españoles o son robados y tienen placas de matrícula dobladas. Además suelen portar mochilas para guardar las armas o los útiles necesarios para delinquir.

La comunidad colombiana en la capital está formada por más de 25.000 personas, lo que la sitúa en segundo lugar tras los 68.000 ecuatorianos empadronados. Desde enero han entrado por el aeropuerto de Barajas más de 80.000 turistas procedentes de Colombia.

Sin un final fijado

La Operación Café ha sido puesta en marcha por el jefe superior de Policía de Madrid, Julio Corrochano, como respuesta a la escalada de violencia que se ha vivido en las últimas semanas en la región a cargo, en gran parte, de sicarios colombianos. En los últimos 40 días han sido asesinadas 10 personas de esa nacionalidad. En total, desde enero se han producido en Madrid 70 homicidios. Esta operación, iniciada el pasado día 19, no tiene fecha fija de finalización. Sólo una orden de Corrochano pondrá fin al dispositivo. El embajador de Colombia en funciones, Arturo Vallejo, mostró su malestar al delegado del Gobierno, Francisco Javier Ansuátegui, por el nombre con el que ha sido bautizada la operación. A Vallejo le parece inapropiado utilizar el café, principal producto de exportación del país.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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