Dos generales tienen poder para derribar aviones de pasajeros
Bush ha delegado el mando para permitir respuestas rápidas en caso de emergencia
La Casa Blanca y el Pentágono han modificado normas nada claras en la cadena de mando para permitir que dos generales de las Fuerzas Aéreas puedan ordenar el derribo de un avión comercial en una situación extrema. Bush ya dio esa orden el 11 de septiembre, aunque no llegó a ejecutarse. Con el nuevo reglamento, Bush delega el mando para permitir una respuesta rápida en caso de que él no esté disponible para tomar esa decisión.
El reglamento militar de EE UU no especifica hasta qué punto sólo corresponde al presidente -como mando militar supremo- ordenar el derribo de un avión comercial propio, lo que puede dejar cientos de víctimas pero puede evitar miles. Como decía con resignación un portavoz de la Casa Blanca, está claro que 'los tiempos han cambiado: vivimos en un mundo diferente'.
El New York Times desveló ayer que el presidente de EE UU y los responsables del Pentágono han decidido que dos generales de las Fuerzas Aéreas tengan autoridad para ordenar el derribo de un avión de pasajeros si existe la certeza de que ha sido secuestrado para cometer un atentado suicida similar a los del 11 de septiembre.
El general Larry Arnold, de una base aérea de Florida, puede dar la orden de derribo si el incidente ocurre sobre alguno de los 48 Estados contiguos; el general Norton Schwartz tiene la misma autoridad para el cielo de Alaska.
Existe el concepto de que una decisión tan grave sólo puede tomarla el presidente de EE UU, pero aparentemente las normativas militares establecen una cadena de mando que también incluye al secretario de Defensa y al presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor.
Los mandos del Pentágono insisten en que, llegada la ocasión, se intentará seguir la cadena de mando para que sea Bush el que ordene el derribo de un avión, pero, al conferir autoridad a dos generales, se garantiza capacidad de mando para una situación extrema.
Hay más de cien aviones de combate preparados para despegar en menos de 10 minutos desde 26 bases de EE UU. Washington y Nueva York tienen constantemente vigilancia aérea desde aviones F-15 y F-16. Los aviones militares también patrullan por otras de las ciudades más pobladas, especialmente si hay grandes concentraciones para acontecimientos deportivos. Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, trató de tranquilizar ayer a quienes puedan pensar que existe el peligro de que un avión comercial vaya a ser derribado por un error mínimo del piloto en la ruta de navegación. 'Lo último que vamos a hacer es poner en peligro un avión comercial. Que nadie vaya a creer', dijo el jefe del Pentágono, 'que hay pilotos en aviones militares con el dedo en el gatillo'. También insistió en que la orden sería un último recurso y tendría en cuenta algo que se da por hecho: ahora los pasajeros siempre tratarían de enfrentarse a los secuestradores si volviera a producirse un intento de secuestro.
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