De la Casa de Campo

Según lo que hemos podido leer y escuchar en las últimas semanas, el Ayuntamiento de Madrid mantendrá abierto el acceso de vehículos a la Casa de Campo de seis a diez de la mañana para evitar el colapso circulatorio en el paseo de Extremadura.

Debería aclararse que no se trata de un simple 'acceso' a la Casa de Campo, sino de más de 500.000 vehículos atravesándola por su vía principal convertida todos los días en una auténtica autopista.

La casi totalidad de los vehículos que a esas horas de la mañana la atraviesan son residentes de municipios vecinos de Madrid como Pozuelo, Majadahonda o Boadilla del Monte, quienes se benefician de las ventajas de vivir en zonas residenciales fuera de la capital y, al mismo tiempo, de la existencia de la autovía Casa de Campo para su acceso directo y rápido a sus lugares de trabajo en esta ciudad.

Pues bien, si nuestros representantes municipales piensan mantener abierta esa 'autopista', propondría que por lo menos cobraran un alto peaje por su utilización, y que su recaudación fuera destinada íntegramente a la conservación y mejora de la propia Casa de Campo.

Por último, y aún como residente en el paseo de Extremadura, les aseguro que su colapso diario me molestaría menos a mí que a los centenares de miles de conductores que lo atascarían cada mañana.

¿Qué teme nuestro señor alcalde? ¿Que todas esas insolidarias personas que viajan solas en sus flamantes coches lleguen tarde a sus trabajos? Pues allá ellos; podrían dejarlos aparcados en sus chalés y utilizar el transporte público.

¿Por qué ni el Ayuntamiento ni la Comunidad de Madrid se plantean saturar nuestras vías y calles con trenes y autobuses? Así nadie podría seguir argumentando las absurdas excusas de siempre para continuar destruyendo impunemente nuestra ya moribunda Casa de Campo.