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LA GUERRA DEL SIGLO XXI

El Congreso de EE UU duda sobre algunas medidas antiterroristas

El órgano legislativo rechaza las detenciones ilimitadas y los registros sin orden judicial

Enric González

El Congreso de los Estados Unidos se resiste a aprobar las medidas antiterroristas preparadas por el fiscal general, John Ashcroft. Los parlamentarios están de acuerdo con algunos apartados del plan, como los referentes a escuchas telefónicas e investigaciones bancarias, pero rechazan las detenciones de duración ilimitada y los registros sin control judicial. El trámite de la ley se ha aplazado una semana, para dar tiempo a que se alcance un consenso.

John Ashcroft acudió el lunes a presentar sus propuestas ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, y ayer hizo lo mismo ante el Comité Judicial del Senado.

En ambos casos obtuvo una respuesta similar, resumida en unas palabras del representante demócrata John Conyers: 'Tenemos que ser muy prudentes. La experiencia nos enseña que los instrumentos antiterroristas de hoy pueden ser usados mañana contra ciudadanos estadounidenses respetuosos con la ley'.

Ashcroft había pedido rapidez en los trámites. 'El terrorismo es un peligro claro e inmediato para los americanos, y no podemos permitirnos el lujo de perder tiempo en erigir las defensas necesarias', dijo al iniciar su comparecencia.

El presidente del Comité Judicial del Senado, el demócrata Patrick Leahy, le respondió que el respeto a la Constitución era fundamental: 'Si desgarramos la Constitución, ganan los terroristas', manifestó el senador Leahy.

La mayoría de los parlamentarios, en ambas cámaras, creen que algunas de las propuestas de Ashcroft son claramente anticonstitucionales. El fiscal general pide, por ejemplo, que en casos excepcionales se puedan practicar detenciones por tiempo indefinido -actualmente, los detenidos deben quedar a disposición del juez antes de 24 horas, prorrogables por otras 24 en ciertas situaciones-; que la policía pueda practicar registros no autorizados expresamente por el juez; y que la cobertura del delito de terrorismo se extienda hasta el punto de que sea posible condenar a una persona por mera 'asociación', aunque no le sea probada ninguna actividad terrorista concreta.

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Peticiones razonables

El fiscal general de Estados Unidos opina que sus peticiones son razonables, y subraya que la lucha contra la mafia o contra el tráfico de drogas dispone de instrumentos legales más efectivos que la lucha contra el terrorismo. Considera, además, que las leyes han quedado anticuadas. 'La tecnología ha desbordado nuestros reglamentos', explicó el lunes. 'Los mecanismos para la aplicación de la ley', prosiguió, 'fueron creados hace décadas y pensados en la época de los teléfonos de disco; no tenemos recursos para el correo electrónico, Internet, comunicaciones móviles, buzones de voz u otras tecnologías que puedan aparecer en el futuro'.

Ese punto no es un problema. Ya existe un amplio consenso parlamentario para permitir a la policía rastrear las conversaciones de una misma persona a través de distintos teléfonos y medios de comunicación de todo tipo.

El núcleo del problema no está en la protección de la intimidad, sino en las libertades fundamentales. Es decir, en los apartados de detenciones, registros y tipificación de delitos.

Ashcroft insistió en que necesitaba que sus propuestas se aprobaran rápidamente. 'Cada día que pasa con nuestras leyes desfasadas es un día en que los terroristas disfrutan de ventaja. Hasta que el Congreso haga los cambios', explicó el fiscal general, 'libramos una batalla innecesariamente difícil'. 'Miembros del comité, lamento informarles de que estamos enviando nuestras tropas al moderno campo de batalla con unas armas antiguas; y esa no es la mejor receta para la victoria', advirtió.

El presidente del comité de la Cámara de Representantes, el republicano James Sensenbrenner, que inicialmente había previsto la adopción de un trámite de urgencia, decidió posponer cualquier decisión durante una semana, por lo menos, para que fuera posible buscar un acuerdo entre los dos grupos políticos.

'Todas las partes implicadas saben ya que tendrán que ceder un poco', afirmó Sensenbrenner, para pedirle a Ashcroft que presentara una nueva propuesta que resultara más aceptable para los componentes del Congreso.

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