Cartier y la daga maravillosa
El alcalde y una concejal de Granada donan a la ciudad los regalos de un príncipe saudí
La familia real de Arabia Saudí ha demostrado sobradamente, a través de sus visitas, una predilección especial por Granada. Pero también por sus políticos. Las estancias en la ciudad de miembros de este linaje han proporcionado a los responsables municipales valiosos regalos personales. Los últimos llegaron al Ayuntamiento este verano 'con nombre y apellidos' del alcalde, José Moratalla, y la concejal de Relaciones Institucionales, Asunción Jódar.
La polémica que suscitaron los primeros obsequios, enviados al alcalde y a algunos ediles del PP hace algunos años, o el interés por reseñar el cambio de signo político en el Ayuntamiento han hecho que el actual gobierno socialista haya recibido los presentes como una patata caliente que, después de meditar sobre las posibles salidas, se ha optado por donar a la ciudad.
La concejal se ha desprendido de un reloj Cartier de oro y acero valorado en 680.000 pesetas que pasará a engrosar el patrimonio municipal. Igual suerte ha corrido la daga de oro, plata y nácar de 800.000 pesetas que Salman Ibn Abdulaziz, gobernador de Riad, hizo llegar al alcalde en julio. Este obsequio, que no se ha conocido hasta ahora, en vísperas de que el Ayuntamiento lo acepte formalmente, no formará parte de la decoración del domicilio de Moratalla, aunque es posible que sí pueda verlo a diario, porque, como anunció el concejal de Presidencia, Antonio Cruz, 'seguramente se exponga en el despacho del alcalde'. No obstante, el destino definitivo de ambas joyas tendrá que ser decidido por la Comisión de Patrimonio.
Este obsequio millonario se debe a una visita que este miembro de la familia Abdulaziz, tercero en la línea de sucesión al trono de Arabia Saudí, realizó a Granada en julio a petición propia cuando vino a España por invitación de los Reyes. El embajador de Riad pasó sólo un día en la ciudad de la Alhambra, pero debió de quedar tan prendado de sus encantos y del trato de sus mandatarios, que después hizo llegar tan preciados presentes. Él se llevó de Granada un grabado del artista Manuel Gómez Rivero, pues los regalos del Ayuntamiento a sus visitantes no superan nunca las 14.000 pesetas. El gobierno municipal no ha querido ser desagradecido con su huésped y por ello desechó la idea, barajada en un primer momento, de donar los presentes a una ONG.
No ocurrió lo mismo con los relojes Rólex o el viaje a Arabia que el antiguo alcalde de Granada, Gabriel Díaz Berbel, y otros ediles municipales (todos del PP) recibieron de otro miembro de la familia Abdulaziz durante su visita en el anterior mandato. Todos ellos aceptaron los presentes y mostraron su agradecimiento con el obsequio de un halcón, que pagaron a medias todos los concejales del PP, y que llevaron ellos mismos a Arabia en el viaje que sufragó el príncipe saudí. Hasta allí fueron tres concejales, el halconero, el alcalde, su mujer, sus hijos y su chófer. El flujo de regalos de Riad a Granada y el interés de la familia Abdulaziz por la ciudad andaluza no ha cesado desde entonces.
Crece la familia de Laila y Kurafi
Laila va a ser madre por segunda vez. Su próximo descendiente será fuerte, rápido, valeroso y con rasgos orientales, pues a pesar de nacer en Granada sus antepasados provienen de lejanas tierras. Kurafi y Laila son una pareja de caballos que el príncipe Abdulaziz de Arabia Saudí regaló hace algunos años al Ayuntamiento de Granada. Desde que fueron instalados en su nueva ciudad esta singular pareja ha tenido una cría y ahora se espera otra, ya que Laila presenta signos evidentes de estar preñada. Esta familia animal ya le cuesta al Ayuntamiento dos millones de pesetas anuales, que se justifican en los presupuestos municipales como una partida especial para el mantenimiento de bienes semovientes. Este dinero, destinado a comida, seguro y cuidados veterinarios de los animales, puede que no sea suficiente cuando llegue al mundo la nueva cría. Así es que el municipio se tendrá que estrechar el cinturón ante la llegada de un nuevo miembro de la familia ecuestre de Abdulaziz. Estos caballos fueron uno de los regalos de un dirigente saudí que visitó Granada cuando Gabriel Díaz Berbel (PP) era alcalde de la ciudad. El Ayuntamiento sufraga ahora su estancia en un picadero del municipio próximo de Santa Fe, pero hasta ahora, los flamantes caballos han tenido que pasar por varios sitios donde siempre han predominado los problemas económicos para su mantenimiento. Tanto es así que Díaz Berbel planteó la posibilidad en un primer momento de vender la simiente del semental enviado por Abdulaziz. Parecía que el negocio iba a ser próspero, pero la realidad es que los caballos han acabado costando más de dos millones de pesetas cada año a las arcas municipales. La ciudad tiene a partir de ahora dos nuevos regalos, el reloj y la daga donados por el alcalde y la concejal, pero no se prevé que éstos supongan un gasto adicional. También es posible que los presentes llegados de Arabia se sigan sumando, pues el gobierno ha decidido cederlos siempre al municipio.
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