La banda se quedó sin dinamita
Asier Oiartzabal y los otros cuatro presuntos activistas de la organización terrorista ETA preparaban un robo de explosivos en un polvorín de Saboya (en el oeste francés), cuando ayer fueron detenidos por agentes de la policía de Burdeos y miembros de la Brigada Antiterrorista de Represión e Intervención.
Fuentes policiales señalan que los atentados cometidos en los últimos meses y las operaciones policiales han mermado considerablemente sus existencias de material explosivo. Calculan que de los 1.600 kilos de dinamita robada en Grenoble (Francia), el pasado 8 de marzo, conservan en la actualidad una tercera parte. Porque ETA ha empleado más de 500 kilos en distintos atentados terroristas, y la Ertzaintza y la Guardia Civil se han incautado hasta el momento de 488: 250 tras la desarticulación del comando Barcelona, 185 con la caída del Buruntza y otros 53, a raíz de la detención del Xoxua y la muerte en Torrevieja (Alicante) de la activista Olaia Kastresana.
ETA, que hasta mediados de los años 70 nutrió principalmente su almacén de la dinamita y la Goma 2 robada en canteras del País Vasco, fabricó después su propio amonal y amosal e intensificó durante la tregua sus robos de explosivos en Francia. En septiembre de 1999, apenas tres meses antes del fin del alto el fuego, la banda robó 8.500 kilos de dinamita y más de 5.000 detonadores en Plevin (Bretaña). Meses después, en julio del año 2000, sus activistas se hicieron con 15 kilos más, 800 metros de cordón y 100 detonadores en una cantera de Asson, y ya en 2001, robaron otros 1.600 kilos de explosivos en un almacén de Grenoble. Con ellos, han perpetrado buena parte de sus atentados.
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