Los dibujos vertebran una exposición antológica de Julio González que recorre 50 años de creación
El centro Castillo de Maya de Pamplona reúne medio centenar de obras del escultor
El dibujo como instrumento de reflexión marcó la creación de Julio González (Barcelona, 1876; Arcueil, 1942), y el dibujo, en todas sus manifestaciones (lápiz, tinta, carboncillo, pluma sobre papel, cartulina y cartón) constituye, asimismo, el eje vertebrador de la exposición retrospectiva sobre el artista que se presenta en Pamplona. Medio centenar de piezas completan una visión antológica de cincuenta años de trabajo experimental de uno de los grandes nombres de la historia del arte española, considerado el gran renovador de su escultura contemporánea.
La obra sobre papel de Julio González fue muy abundante . Gracias a su actividad como dibujante pudo sobrevivir en el París de las primeras décadas del siglo XX, vendiendo estudios de cabezas, desnudos femeninos o apuntes campesinos. Lápices y pasteles, pero también gouaches, óleos y acuarelas se combinan en esta retrospectiva que exhibe también las prefiguraciones de la celebérrima Montserrat, presentada en el pabellón republicano español de París en 1937, alguna de sus conocidas maternidades y ejemplos de su experiencia como joyero-orfebre y escultor en hierro y bronce, con técnicas aprendidas desde su infancia en el taller barcelonés de su padre, del que salieron múltiples encargos de Gaudí para el parque Güell y la Sagrada Familia.
Colecciones privadas
Fernando Francés, comisario de la muestra organizada por Caja Navarra en el Centro de cultura Castillo de Maya, destacó la complejidad de muchos de los préstamos exhibidos en la exposición, procedentes, en su mayoría de colecciones privadas de distintos países europeos. La muestra permanecerá abierta al público hasta el 21 de octubre.
Junto a los dibujos de González, la selección de piezas que se han reunido en Pamplona incorpora esculturas y pinturas de las etapas más reconocidas del creador catalán. Las primeras piezas de Julio González en el terreno de la plástica tridimensional fueron sus máscaras y obras sobre metal y la exposición recoge varios destacados ejemplos de ello.
No obstante, la muestra centra su interés en el dibujo. El hombre que inició el modelado el espacio a través del volumen, sustituyendo la masa por el vacío y la construcción mediante planos, líneas y huecos, dibujó sus ideas en papel y usó esta técnica para crear escenas figurativas que antecedieron al desarrollo intelectual del cubismo y a su plácida madurez creativa, rayana en la abstracción.
No olvida tampoco la exposición presentar algún trabajo de sus revolucionarias soldaduras autógenas aplicadas a la escultura, técnicas aprendidas gracias a su trabajo en la compañía Renault.
'La figura de González es equiparable a la categoría de Picasso, Miró o Dalí, aunque su reconocimiento ha llegado en España de manera tardía', indicó Francés. El comisario reiteró que 'en la producción cuantitativa de González y en el peso de la reflexión artística el dibujo destaca sobre las demás facetas del autor'.
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