Miedo a la recesión

La semana reflejó con la crudeza de los números rojos toda la incertidumbre que invade en el mundo. La acción de los bancos centrales sirvió para evitar males mayores, pero con el paso de los días los efectos quedaron diluidos. Los inversores vuelven a temer por las consecuencias de la ofensiva bélica.

La semana ha cerrado con un importante balance negativo. Así, el índice general de Madrid pierde en el ciclo el 5,46% y el Ibex 35 cae el 5,98%. Los indicadores acumulan ya minusvalías anuales de consideración que se aproximan al 30%, algo desconocido para muchos de los inversores, ya que en los últimos veinte años sólo en un ejercicio (1990) se produjo una caída anual de consideración, siendo incluso menor al ser ligeramente inferior al 25%.

La evolución semanal ha sido de más a menos de una manera muy nítida. La sesión del lunes tuvo una inusitada expectación por la apertura tras cuatro días cerrado de Wall Street que contó con el apoyo incondicional de todas las autoridades económicas al ofrecer conjuntamente una bajada de tipos de interés. Los mercados agradecieron las medidas y Wall Street, aunque bajó fuerte, disipó los temores a unas ventas masivas que colapsaran la jornada, mientras que las bolsas europeas subían con fuerza.

Con el paso de los días los inversores volvieron a fijarse más en los nubarrones que se ciernen sobre la economía mundial, a la que el conflicto bélico le llega probablemente en el peor de los momentos. Muchos sectores, con el aéreo a la cabeza, están acusando la situación que ha provocado los atentados de Estados Unidos y, a pesar del apoyo de los gobiernos, las empresas no dejan de perder valor en los mercados. También los resultados empresariales, decepcionantes en buena parte de los que se publican, han puesto su grano de arena para que la desconfianza se instale en el ánimo de unos inversores que ven con impotencia el deterioro constante de las cotizaciones.

El resultado para la última jornada no podía ser otro que una nueva corriente vendedora, aunque a media mañana tomaba tintes más que preocupantes con desplomes superiores al 6% en buena parte de los mercados europeos. Afortunadamente en las últimas horas, coincidiendo con Wall Street, se palió buena parte de las caídas y aunque se cerró con pérdidas superiores al 3%, los habituales se quedaron con el rayo de esperanza que supuso el rebote final de cara a la semana entrante.

En esta última sesión de la semana, las cifras de negocio se dispararon y fueron de las más altas del presente ejercicio. El volumen de negocio en el mercado continuo ascendio a 442.652 millones de pesetas efectivas, 2.660 millones de euros, debido al vencimiento de contratos de futuros sobre el Ibex 35. El euro se situó a lo largo de todas las sesiones por encima de los 92 centavos de dólar. No obstante, en la tarde del viernes la divisa europea perdió fuerza y se cambiaba a 0,9116 unidades.