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El piso donde hubo un cuádruple crimen era un centro de tráfico de cocaína

El piso de Vallecas donde el pasado lunes fueron asesinados a tiros tres mujeres y un hombre -todos ellos colombianos- era un destacado centro de distribución de cocaína, según fuentes policiales. La investigación ha llegado a esta conclusión tras estudiar cuadernos y documentos de tipo contable, hallados en la vivienda, en los que constan 'cifras millonarias' referidas supuestamente a las ganancias obtenidas con el narcotráfico.

Las sospechas policiales apuntan a que el móvil del cuádruple asesinato pudo ser el robo del dinero recaudado con el narcotráfico por alguna de las víctimas o bien el último alijo de cocaína recibido en la vivienda para proceder a su posterior distribución en menores cantidades.

El piso había sido alquilado por una mujer de unos 60 años, que había comentado entre el vecindario que era de origen portorriqueño y que anteriormente había residido en Miami (Estados Unidos). Al piso solían acudir personas en coche, lo que ocasionaba un constante trasiego. Aunque esta mujer no está plenamente identificada, la policía sospecha que era colombiana y miembro de una red de distribución de droga 'a escala intermedia'.

En cambio, los familiares de Edwin Rebolledo Viáfara, uno de los cuatro colombianos asesinados, aseguran que el fallecido no tenía nada que ver con el narcotráfico. 'Edwin acababa de llegar a España hacía sólo seis días desde Cali (Colombia) para ver a su novia, que vive en Madrid', contó ayer su tío, Rubén Dario Viáfara, intentando así limpiar la imagen de Edwin, al que las investigaciones policiales apuntan como posible correo de droga que había venido a Madrid para traer mercancía de su país.

Sin relación con la droga

'Mi sobrino y las dos chicas que había en el piso con la señora mayor son inocentes, no tienen nada que ver con el narcotráfico. Edwin, de 23 años, estaba en Madrid porque había ido a ver su novia Andrea, también colombiana', explicó el tío del fallecido.

Según Viáfara, Andrea vivía con las dos colombianas asesinadas en un piso en Madrid, pero en el momento del cuádruple crimen estaba trabajando. 'Si no, ahora también estaría muerta', explica. Y añade: 'Mi sobrino no se pudo quedar en casa de su novia por falta de espacio, así que se fue a casa de la señora, pero no tenía relación con ella'.

Andrea había trabajado, según Viáfara, dos meses en casa de la mujer de mayor edad que también fue asesinada el lunes pasado en el piso que tenía en la calle de Historias de la Radio. 'Andrea trabajó en la casa haciendo de todo: ama de llaves, limpiando. Esa viejona sí que estaba metida en chanchullos, pero mi sobrino no. Además, ella no es la madre de Edwin, como se ha estado diciendo en España. La madre de Edwin se llama María Belén y está en Colombia'.

Viáfara tramita la repatriación del cadáver de su sobrino a Colombia, para lo que la funeraria le cobra 515.000 pesetas.

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