Corrupción
El secretario general del PP-A, Antonio Sanz, ha venido responsabilizando a la Junta de Andalucía por la desaparición y el borrado informático de 15 sumarios de los juzgados de Marbella y Torremolinos. Falta de vigilancia en estos juzgados y ausencia de medidas de protección que correspondían a la Consejería de Justicia han sido sus argumentos. En contra, la opinión de la Consejería de Justicia, que ha pedido que intervenga la Fiscalía Anticorrupción. Desde el principio ha considerado que se trataba de un caso de corrupción.
El tiempo empieza a poner las cosas en su sitio. Lo que podría parecer una excusa política por parte de la consejera como forma de aliviar una responsabilidad atenuada -las transferencias en Justicia han sido escasas y alguna le correspondería al ministerio de Acebes- está pasando a un segundo plano. La existencia de una trama de corrupción ha dejado de ser una manifestación aislada de la consejera, o una opinión que se recoge en los medios de comunicación, para convertirse en el parecer de numerosos ciudadanos y jueces. Esta semana, Jueces para la Democracia ha apoyado su intervención. También la ha exigido la asociación Francisco Vitoria. Una petición que tiene especial importancia por cuanto el presidente de esta asociación de jueces ha afirmado que estamos 'ante un caso de corrupción claro' y se da la circunstancia de que también es el presidente de la Audiencia Provincial de Málaga. Es posible, como sostiene el fiscal de la Audiencia de Málaga, que 'en este momento no existan elementos suficientes para pedir la intervención de la Fiscalía Anticorrupción'. Formalmente puede ser así. Sin embargo, el retraso en su intervención, de ser obligada como afirman la consejera y dos de las asociaciones judiciales que también deben contar con algunos elementos de juicio, podría dilatar la resolución de las causas y el empleo de los medios de esta fiscalía especializada.
En cualquier caso, no estaría de más que el secretario del PP-A no confunda sus deseos con la realidad. De seguir así, va a conseguir que parezca que lo único que pretende es distraer la atención, con la finalidad de lograr que su grupo no sufra el desgaste político que está teniendo con motivo de la estafa de Gescartera.
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