La dimisión de Villapalos fuerza otra remodelación del Gobierno de Ruiz-Gallardón
Alberto Ruiz-Gallardón, presidente de la Comunidad de Madrid, zanjó ayer -sólo 24 horas después de anunciar una remodelación del Ejecutivo ante el Parlamento regional- la crisis de su Gobierno. Para solventarla, Ruiz-Gallardón tuvo que dejar fuera del nuevo equipo a su consejero de Educación, Gustavo Villapalos, que dimitió al no admitir los cambios que había previsto el presidente regional para su cartera, y creó dos nuevas Consejerías: Trabajo y Hacienda. Éstas serán ocupadas, respectivamente, por Luis Peral, hasta ahora viceconsejero de Obras Públicas, y Juan Bravo, hasta ayer viceconsejero de Hacienda.
Según Ruiz-Gallardón, esta modificación de la estructura del Ejecutivo busca incrementar el ritmo de la creación de empleo y adaptar el Gobierno a las nuevas competencias que le llegarán de la Administración central, principalmente sanidad e impuestos.
Menos independientes
La marcha de Villapalos, ex rector de la Universidad Complutense, supone un refuerzo del número de consejeros afiliados al PP en el Gobierno (8 de 11) y un debilitamiento de las filas indepedientes. Con su salida, sólo queda como consejera alejada de la doctrina oficial del PP Alicia Moreno, consejera de Las Artes. Juan Bravo, máximo responsable de Hacienda, y Luis Blázquez, de Economía e Innovación Tecnológica, tampoco está afiliados, pero son vistos con buenos ojos desde la cúpula del PP regional.
La salida de Villapalos de Gobierno se fraguó en las últimas horas de la tarde de ayer, aunque desde julio pasado, según fuentes del Ejecutivo regional, su marcha ya estaba en la mente de Ruiz-Gallardón debido a 'desencuentros entre ellos'. Villapalos, que manejaba un presupuesto cercano al medio billón de pesetas, reclamaba más dinero para mejorar determinados aspectos de la Educación.
El miércoles pasado, en pleno discurso del debate del estado de la región, Ruiz-Gallardón anunció que quitaba a Educación tres de sus competencias: Asuntos Taurinos, Voluntariado y la Dirección General de Patrimonio (los monumentos y las rehabilitación del patrimonio).
En principio, esta pérdida de poder por parte de Gustavo Villapalos no tenía ninguna importancia política. Las tres direcciones generales desgajadas no representan más que una minúscula parte del dinero que gestionaba el consejero, aunque sí le permitía una excelente relación con la Iglesia, la principal administradora del patrimonio monumental.
Villapalos tradujo la pérdida de estas competencias como un claro mensaje de que Ruiz-Gallardón había dejado de tener confianza en él y, por ello, dimitió. Carlos Mayor Oreja, hasta ahora consejero de Justicia, se ha convertido en su sustituto. Por su parte, Manuel Cobo, consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno, pasa a ocupar una posición privilegiada, ya que dedicará la mayor parte de sus esfuerzos a preparar el camino electoral para las elecciones de 2003.
Ruiz-Gallardón anunció el miércoles que la remodelación sería la base de unos 'nuevos tiempos', que cifró en seis años.
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