Rato precisa que "en este momento" no se plantea dimitir por Gescartera

El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, precisó ayer que 'en este momento' no se plantea presentar la dimisión por el escándalo de Gescartera. Una frase con la que desencadenó un cúmulo de especulaciones sobre su posible abandono inmediato del Gobierno, que fuentes de su entorno se encargaron inmediatamente de desmentir. El vicepresidente no admitió tampoco responsabilidades políticas por el nombramiento de Pilar Valiente al frente de la CNMV porque, según dijo, éstas ha de fijarlas el Parlamento, pues 'para ello ha creado una comisión de investigación'.

La dimisión de Pilar Valiente el pasado miércoles tras conocerse el contenido de los diarios de la presidenta de Gescartera, Pilar Giménez-Reyna, ha situado a Rodrigo Rato en el centro de todas las dianas. Él designó a Pilar Valiente presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores hace ahora casi un año, y bajo su mandato se gestó el mayor escándalo financiero del Gobierno del PP, que ha generado una presunta estafa de 18.000 millones de pesetas. El asunto le ha costado también el puesto al ex secretario de Estado de Hacienda Enrique Giménez-Reyna.

Minutos antes de asistir a la presentación de un libro, en Madrid, ayer fue preguntado sobre si piensa dimitir y lanzó un enigmático 'en este momento, no'. Una respuesta tan provisional dio lugar a que se pudiera interpretar que el vicepresidente ha decidido tirar la toalla en un plazo muy inmediato. Personas de su entorno aseguraron después que Rato únicamente había querido manifestar que, en general, no tiene la intención de permanecer de por vida en el cargo.

Con no menos margen para la confusión, Rato respondió así a otra pregunta sobre si se siente responsable de lo sucedido en Gescartera: 'Cuando uno tiene un puesto de responsabilidad es responsable de aquello que depende de sus decisiones y que pueda afectar al funcionamiento de instituciones o políticas que dependen de mi responsabilidad'. 'Las responsabilidades políticas', añadió, 'las depura el Parlamento, donde actualmente está en marcha una comisión [de investigación], que es donde se deben depurar'.

Con esas afirmaciones, Rato lo único que dejó claro es que, a partir de la dimisión de Valiente, cualquier escenario es posible y que él está dispuesto a asumir las consecuencias en caso de que el Parlamento se lo exija. Su situación es especialmente incómoda, no sólo porque la CNMV depende del Ministerio de Economía y el nombramiento de Pilar Valiente se realizó a iniciativa suya, sino porque la crisis se presenta en plena debacle de los mercados financieros.

Confianza en el sistema

Rato tuvo que explicar que 'el hecho de que haya una pequeña firma [Gescartera] que haya estafado a sus clientes no quiere decir que el resto no sea solvente y esté sometido a controles eficaces'. Sería, en su opinión 'un gravísimo error' y 'algo injusto' que por un caso como éste se pusiera en duda el funcionamiento del sistema financiero. 'No ocurrió con Banesto', afirmó, 'y tampoco debe suceder ahora'. Admitió que 'puede haber responsabilidades políticas si las instituciones no han funcionado', pero no especificó si le conciernen.

En la presentación del libro Diccionario de la nueva economía, Rato compartió mesa con el ex ministro de Economía del Gobierno del PSOE Carlos Solchaga, que en su día se encontró en una situación similar por el caso Ibercorp. Solchaga dimitió como presidente del Grupo Parlamentario Socialista después de que Rato, como jefe de la oposición, le exigiera responsabilidades políticas por el nombramiento de Mariano Rubio como gobernador del Banco de España, tras demostrarse que éste había invertido dinero negro en el desaparecido banco de inversiones.

'Ni esto [su dimisión]', dijo Solchaga, 'tiene que ser un precedente para otros, ni debe tener una connotación moral, aunque es verdad que nunca me he arrepentido de haberlo hecho'. Respecto de la situación creada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Solchaga señaló que 'no es bueno que las instituciones supervisoras estén en tela de jucio. No es bueno tampoco para el Gobierno. Habrá que resolverlo rápidamente'.