¿Dónde están las Gemelas?

Hace dos años estuve allí, en el mirador del piso 107, sentado en aquellos singulares bancos al borde del abismo. Las Torres Gemelas las llamábamos nosotros, The Twin Towers ellos. 12 dólares y medio me costó llegar a lo más alto de Manhattan. 12 dólares y medio, para observar atónito la belleza indescriptible que se ofrecía bajo mis pies. 12 dólares y medio que quería volver a pagar, porque prometí volver a visitarlas. Pero ya no va a poder ser. La sanguinaria acción de unos fanáticos terroristas sin escrúpulos me ha privado de ese placer. En unos minutos, las emblemáticas torres dejaron de existir. Se plegaron sobre sí, llevándose consigo a miles de indefensos e inocentes ciudadanos. El paisaje ha cambiado. Tienes grabada en la retina la típica imagen de Nueva York y ahora notas un gran vacío. Faltan las Torres Gemelas.

Ya nada volverá ser como antes en Manhattan. Ya se oyen gritos de venganza, y se habla de la Tercera Guerra Mundial, mientras el mundo entero, sobrecogido, contiene la respiración ante el drama. Sólo unos pocos festejarán el que las Torres Gemelas ya no figuren en postales, el que ya no sean de visita obligada en los recorridos turísticos, y el que no aparezcan en los folletos de viajes... A esos pocos, que Dios les pille confesados.