Las otras 'estrellas' del balompié madrileño

No son Figo, ni Zidane, ni Kluivert. No ganan miles de millones de pesetas al año, ni están casados con impresionantes modelos. Tampoco veranean en Marbella, ni en Mallorca, ni visten trajes de Armani ni tienen entrada libre a las mejores discotecas. Pero también, como las grandes estrellas, juegan al fútbol, y cada domingo se enfundan el uniforme de su equipo y las botas para participar en un campeonato en el que van sumando puntos. Son los ecuatorianos que juegan, desde hace seis años, en la Liga de fútbol para los ciudadanos de su país que residen en Madrid y que organiza la Asociación de Pueblos del Ecuador de Madrid.

Durante la semana, estos jóvenes trabajan en la construcción, en la hostelería y en el servicio doméstico, pero, además, sacan de donde pueden unas horas para entrenar y estar en plena forma para enfrentarse, en el fin de semana, entre ellos. En total, son 41 equipos con 11 jugadores, presidente e, incluso, madrina de honor. Tienen nombres como el Club Isla del Pacífico, el Galápagos, el Club Argentina o El Oro.

Ayer, todos, con sus mejores galas y bajo un sol abrasador que parece resistirse a abandonar el final del verano, acudieron a la presentación de la Liga en el Polideportivo de Vereda de Ganapanes (distrito de Fuencarral-El Pardo). Cada equipo desfiló con sus colores, su madrina (con ramo de flores), su equipo directivo y su bandera. Al pasar por la tribuna, presidida por el embajador de Ecuador en España, Francisco Carrión Mena, los jugadores extendieron su brazo izquierdo a modo de saludo y, como si se tratase de la mismísima inauguración de unos Juegos Olímpicos, fueron colocándose disciplinadamente a lo largo de todo el campo de fútbol. 'Además de ser un factor de producción útil para la economía española, también tenemos que ser conocidos por nuestros valores culturales y deportivos', comenta el embajador, micrófono en mano, a sus compatriotas. Después de sus palabras, la fiesta continúa.

- Ahora vamos a escuchar el himno nacional, pero antes, una petición de los vecinos de la zona: por favor, o hacemos que desaparezcan los coches que están aparcados fuera en segunda fila o, si no, la que aparecerá será la grúa.

La gente guarda después un minuto de silencio por los ecuatorianos desaparecidos en los atentados terroristas contra Estados Unidos. Una de las madrinas llora. 'No sé por qué', dice mientras las lágrimas derraman rímel por su cara. La chica está nerviosa, y no es para menos. Además de la emoción por escuchar el himno y por el homenaje a las víctimas de EE UU, en breves momentos se va a elegir a la Reina Señorita Deportes entre todas las madrinas de los equipos de fútbol. Para ello, las chicas se han puesto sus mejores vestidos. 'Por favor, que todas las madrinas den un paso adelante y, si se pueden destacar, pues mejor...', anuncian desde los altavoces. Al final, resulta elegida, con otras tres finalistas, Verónica Cuesta, representante del Club El Oro.

Los premios continúan para los mejores uniformados y para los mejores del campeonato de Liga del año pasado. Ningún equipo tiene patrocinador, aunque están a la espera de que alguna empresa latinoamericana con sede en Madrid se anime a subvencionarles, por lo menos, las camisetas. El Club Juventud América lleva tres años consecutivos como campeón. También hay premios para los equipos infantiles, que forman fila para recoger sus medallas. El niño que más goles metió, 27, fue Juan Carlos Zambrano, del Galápagos. Tiene 12 años, el pelo recogido en una coleta y es parco en palabras. ¿Equipo de fútbol favorito? 'El Real Madrid'. ¿Jugador favorito? 'Raúl'. ¿Lo mejor del fútbol? 'Los goles'.

Juan Carlos se mezcla entre la algarabía que hay en el campo momentos antes de que comience el acto estrella del día: el partido que enfrentará al ganador de la Liga del año pasado con el ganador de la Copa Ecuador también de 2000: el América y el Galápagos. El presidente del Galápagos, Óscar Navarrete, lleva diez años en Madrid y trabaja en 'limpieza'. Su equipo fue el ganador de la Copa Ecuador, campeonato paralelo a la Liga (algo así como la Copa del Rey) y que empezó a jugarse el año pasado. 'Me gusta mucho el deporte y cuando vivía en Ecuador ya organicé varios equipos. Me gusta competir y hacer amistad con la gente', explica.

'Lo que pretendemos con este campeonato es reunir a los ecuatorianos que viven en Madrid y que pasen un rato divertido, o jugando o viendo los partidos', cuenta Oswaldo Simbaña, presidente de la Asociación de Pueblos del Ecuador de Madrid. Oswaldo está pendiente de que todo funcione: de que haya refrescos y comidas para todos, de que las madrinas tengan su ramo de flores, de que los balones estén perfectamente hinchados.

Bebida contra el sol

Mientras los jugadores calientan, otros ecuatorianos se encargan de la merienda. El papel de plata protege los guisos de arroz, pollo y patata del fuerte calor. En otro puesto, un hombre tira cerveza fría. Una madre protege a su bebé del sol y unos chicos pasean una bandera de Ecuador, como si fuese una bolsa, para recaudar fondos. Su hermano Luis murió hace unos días y no tienen dinero para repatriar el cadáver a su país. 'Esto, desgraciadamente, es muy normal. Hay mucha gente que, ante una desgracia así, se ve en la necesidad de pedir a la gente', afirma el embajador mientras les da un billete de mil pesetas. Los chicos se alejan. No muy lejos unas niñas bailan para los asistentes los últimos éxitos del verano: Mayonesa y El baile del gorila.

Así pasaron 2.000 ecuatorianos el domingo. Otros hacían lo mismo, descansar y estar con los amigos, en el parque del Retiro, y otros, en el del Oeste o en lugares de la periferia de la capital. Sitios que, dicen, se les están quedando pequeños a la espera de que, por fin, el Ayuntamiento les conceda un terreno para que puedan pasar juntos el tiempo libre.