Albelda salva a un penoso Valencia
El equipo de Benítez gana con apuros a la UD Las Palmas, muy conservadora
En un partido lamentable de su equipo, Albelda metió la puntera para doblegar a una Unión Deportiva Las Palmas de medio pelo. El Valencia fue una calamidad: defendió mal y atacó peor, pero aprovechó su envergadura para imponerse a un rival raquítico, que vino a Mestalla con el empate entre ceja y ceja. Con un De Los Santos muy patoso, sólo Albelda se alzó por encima del resto con una exhibición de poderío que coronó con el valioso tanto.
El conjunto de Benítez está muy condicionado por la presencia de su delantero Salva, que necesita que lo alimenten constantemente desde las bandas. Remata más que juega. De modo que, o dispone de buenos abastecedores, o el fútbol de su equipo se hace plomizo y previsible. Caso de ayer. Mientras Vicente parece debilitado y perdido por tanto elogio como le ha caído encima, Angulo se tira al centro irremediablemente, por mucho que Benítez le insista en que se abra. Conclusión: un bodrio de primera parte. Aimar, además, ha decidido que cada vez que recibe la pelota debe inventar la jugada de la semana, de manera que casi nunca toca a la primera, con todo el lastre que ello acarrea.
VALENCIA 1| LAS PALMAS 0
Valencia: Cañizares; Curro Torres, Pellegrino, Ayala, Carboni; Angulo (Rufete, m. 66), Albelda, De Los Santos, Vicente (Kily Gonzalez, m. 55); Aimar (Sánchez, m. 81); y Salva. Las Palmas: Nacho González; Sarasua, Olías, Schurrer, Paqui; Ángel, Jorge, Edu Alonso (Sequeiros, m. 75)., Alberto, Pablo Lago (Eloy, m. 75); y Orlando (Rubén, m. 79). Goles: 1-0. M. 62. Aimar centra raso desde la derecha y Albelda, al primer palo, mete la pierna y desvía a gol. Árbitro: Téllez Sánchez. Expulsó a Alberto (m. 69) y a Sarasua (m. 90), ambos por doble amarilla. Amonestó a Angulo, Edu Alonso, Orlando, Paqui, Carboni, De Los Santos y Nacho González. Unos 35.000 espectadores en el estadio de Mestalla.
De la Unión Deportiva Las Palmas, las únicas noticias fueron defensivas. En el recuerdo quedaron aquellos equipos atrevidos que armaba Fernando Vázquez. Ahora defiende el empate sin goles como un converso. Con el elegante Jorge a la cabeza, el conjunto canario ha juntado a un puñado de chicos que saben cómo manejar el balón en el centro del campo, con la técnica canaria de toda la vida. Otra cosa es su lamentable deseo de profundidad. A la portería contraria, ni la miran. Entretanto, su portero, Nacho González, se puso a perder tiempo ya en la primera parte.
Debió pensar Benítez que el Valencia estaba jugando de cine, pues no efectuó cambio alguno en el descanso. Después sacó al Kily González cuando a quien reclamaba el estadio era a Rufete por muchas razones: el mal partido de Angulo era una; la otra es la decisiva actuación de Rufete el domingo en Valladolid. Esperó Benítez hasta el minuto 66. Para entonces Albelda había ya desatascado el encuentro entrando desde atrás, como un delantero, al centro enroscado de Aimar.
Alguien podría pensar que la Unión Deportiva Las Palmas, abocado a la derrota, se lanzaría al ataque. Ni por esas. Siguió como si tal cosa, con la única opción del contragolpe. Y aún así aparecieron dos agujeros: primero a Jorge, que se topó con el velocísimo Carboni; y después a Rubén, que midió mal el disparo al ángulo tras regatear a Pellegrino. Ambos pagaron su inexperiencia.
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