'El régimen de Arafat se ha convertido en una fábrica de terrorismo'
Benjamín Netanyahu, de 52 años, ex primer ministro de Israel y líder destacado del partido nacionalista Likud, se siente no sólo conmocionado por el atentado de EE UU, sino además identificado con el dolor que ese país está experimentando: 'No en vano durante muchos años hemos sufrido el terrorismo y los comandos suicidas', asegura. Pero, más allá de los lamentos y de las frases de condolencia, Netanyahu aboga como hombre de Estado por soluciones claras y tajantes: formar una gran coalición de los países democráticos para desmantelar el 'imperio del terrorismo', un conglomerado de países capitaneados por Irán y en los que incluye, 'por supuesto, al régimen de Arafat', que, según él, 'se ha convertido en una fábrica de terrorismo'.
'Ha sido un aviso del infierno para que los países democráticos actuemos contra los Estados terroristas'
Las reflexiones de Netanyahu sobre terrorismo, recogidas en un libro editado en 1995 en Nueva York (Combatiendo el terrorismo) y reactivadas ahora en plena oleada de catastrofismo, no pueden ser desdeñadas, por dos razones: la primera, porque son compartidas por una gran parte de la población israelí y la comunidad judía, y, en segundo lugar, porque constituyen en definitiva el armazón ideológico de un político llamado a convertirse de nuevo, según todos los vaticinios, en el próximo primer ministro de Israel en cuanto se celebren dentro de dos años elecciones generales, a las que piensa presentarse.
Pregunta. ¿Qué siente un israelí ante los atentados de Nueva York y Washington?
Respuesta. Ha sido una tragedía terrible, de esas que ocurren una vez en una o en varias generaciones. Evidentemente, los israelíes nos sentimos identificados con las víctimas de esta catástrofe, porque durante muchos años hemos sufrido el terrorismo y los comandos suicidas. Pero, por terrible que haya sido, ese ataque puede quedar empequeñecido por futuras acciones terroristas. Si algún día el imperio terrorista llega a obtener armas nucleares, entonces no habrá 10.000 o 20.000 muertos como ahora, sino millones. Lo sucedido ha sido un aviso desde el infierno para que los países democráticos actuemos y desmantelemos a los Estados terroristas. Ahora aún estamos a tiempo y tenemos el poder. Debemos demostrarles además que tenemos la voluntad de actuar.
P. ¿Cómo enjuicia la reacción palestina ante la catástrofe?
R. Quienes apoyan al terrorismo bailaron en los tejados de sus casas en Gaza, Ramala, Beirut o Bagdad mientras los adalides de la democracia en Nueva York, Londres, Madrid o Tel Aviv estaban de duelo. Estas reacciones demuestran en qué lado está el régimen palestino. Arafat puede derramar lágrimas de cocodrilo e incluso puede cometer el acto grotesco de donar sangre... él, que ha estado derramando sangre inocente; él, que ha matado embajadores, secuestrado aviones y puesto bombas.
P. Habla del imperio del terrorismo. ¿Puede ser más explícito? ¿Quién compone este imperio?
R. En primer lugar, Irán, porque abastece de combustible ideológico y teológico a otros países; después, Irak y otros Estados árabes, y, por supuesto, el régimen de Arafat, que se ha convertido en una fábrica de terrorismo. Ha elaborado técnicas en las que se ha inspirado Bin Laden. Los comandos suicidas son un ejemplo. Arafat tiene campos de verano en los que se entrena y enseña a niños de la Yihad Islámica o de Hamás a ser comandos suicidas. El propio Al Fath de Arafat colabora con Hezbolá, y esta organización, a su vez, con Bin Laden.
P. ¿Cuál es, en su opinión, la receta adecuada para enfrentarse a ese imperio del terror?
R. Es importante que luchemos contra todos los miembros de este imperio. Debemos ir a por todos. No podemos hacer diferencias y decir, por ejemplo, que estamos contra el terrorismo vasco pero que a la vez entendemos el terrorismo palestino o el terrorismo kurdo. Debemos adoptar una postura clara. El terrorismo, como el nazismo, es un enemigo de la humanidad, un crimen contra la humanidad. No puede ser tolerado en ningún lugar. Quienes lo practican deben ser eliminados, y los Gobiernos que los apoyan, desmantelados.
P. ¿Pero qué medidas concretas hay que utilizar para combatir esto que usted llama el imperio del terrorismo?
R. Hay muchas maneras de acabar con él. Estados Unidos utilizó algunos métodos en los Balcanes y en el golfo Pérsico. Se pueden combatir también los sistemas dictatoriales. Esto ya ha funcionado en Yugoslavia.
P. ¿Podría deducirse de sus palabras que hay que desmantelar el Gobierno de Yasir Arafat?
R. Debemos utilizar todos los medios para destruir su capacidad militar y terrorista. Esto es claro e indiscutible. Si el régimen de Arafat permanece o no, es secundario.
P. ¿Apoya las decisiones políticas y militares adoptadas por Ariel Sharon frente a la Intifada?
R. Creo que al principio se equivocó en su política de contención contra la Intifada. No era buena. Pero, pese a que ahora ha adoptado una política un poco más militante y activista, creo que se puede hacer todavía muchísimo más. Sobre todo teniendo, por ahora, los medios para hacerlo. Pero no sólo hay que actuar aquí contra el régimen terrorista de Arafat, sino en todas partes, destruyendo su capacidad militar. Tenemos que desmantelarlos. Ésta es la gran prueba para el liderazgo del presidente Bush. Tenemos que unirnos contra el terrorismo.
P. ¿Es posible la paz con Arafat?
R. Sólo podemos hacer la paz con un enemigo que quiera la paz, pero no con un enemigo que utiliza cada concesión para destruir. El régimen de Arafat ya optó por los caminos de la violencia y el terrorismo; por tanto, con este régimen es ya imposible. Obviamente, con una dictadura tan tiránica, totalitaria y terrorista como la de Arafat no se puede establecer la misma paz que con una democracia hermana o con un Estado moderado.
P. ¿Cree que hay alguna relación entre los grupos palestinos y el atentado de Estados Unidos?
R. En algunos de los informes del FBI difundidos por la prensa norteamericana se habla de Hezbolá y del Al Fatah de Arafat. No sé qué credibilidad tienen estos informes. Sabemos que Arafat y el grupo de Bin Laden mantienen estrechas relaciones. Han tratado de trabajar juntos aquí, en las zonas palestinas, durante algún tiempo. No me sorprendería.
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