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Columna
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El añadido

La comisión disciplinaria del CGPJ ha decidido acordar el archivo de diligencias informativas que se abrieron a causa de la desaparición y borrado de algunos sumarios en los que Jesús Gil y Gil aparecía como imputado. El archivo era previsible. El CGPJ nunca se ha destacado por abrir expedientes a sus jueces, y que prosperen. Ahora bien, si este archivo era algo normal, no lo es tanto que se aproveche el acuerdo y la comisión se deje caer con eso de 'la falta de seguridad en los juzgados marbellíes'. Este añadido es menos normal. No porque no sea verdad, sino porque parece identificar falta de seguridad y desaparición de sumarios, trasladando la responsabilidad a la Junta. Una conclusión que favorece el planteamiento del PP-A y que con los datos que se cuentan no se ajusta a lo que parece haber sucedido. No hace mucho, el fiscal jefe de Sevilla decía a este diario que 'miente el que diga que existe seguridad en los juzgados'. La falta de seguridad es el denominador común a todos los juzgados y es una realidad en ésta y en otras comunidades. Sin embargo, no parece que esta falta de seguridad haya ayudado a la desaparición y borrado de sumarios. Estos sumarios se han borrado desde dentro de los juzgados y accediendo al ordenador a través de las correspondientes claves.

Tal vez no estaría de más recordar, aunque no venga a pelo, que en junio de 1999 el Ayuntamiento marbellí gastó 65.800 pesetas por cubierto (cigalas, caviar iraní y vodka formaban el cubierto) en unas jornadas jurídicas que organizó el famoso oficial del juzgado marbellí y padre de quien fue la juez decana en Marbella. Una cena a la que asistió la ministra de Justicia, acompañada de jueces conferenciantes e invitados. Se cursaron algunas denuncias por el elevado gasto del Ayuntamiento. El CGPJ no habló y sí lo hizo la APM, que consideró que estas atenciones eran normales.

Hoy, el alcalde de Marbella está imputado y sus sumarios han desaparecido. Es razonable que la consejera de Justicia pida la intervención del fiscal anticorrupción y entienda que la desaparición de los sumarios no ha sido por falta de seguridad. A lo mejor también es una buena ocasión para que el PP-A, y el resto de grupos políticos, exijan la misma intervención.

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