Incoherencias

Tiene razón el señor obispo de Mondoñedo en su nota del pasado día 5 sobre el asunto de la profesora de religión de Almería. ¿Cómo va a enseñar sobre esa materia quien está casada por lo civil y, además, con un divorciado? Una persona no puede enseñar aquello sobre lo que no da ejemplo. Yo, que fui fumador empedernido, jamás debí atreverme a inculcar a mis hijos (que no fuman, ni nunca han fumado) la idea de que el tabaco es malo.

Así es que sugiero al señor obispo que, si quiere ser coherente, no vuelva a tratar en sus pastorales y homilías de temas tales como el matrimonio, paternidad y maternidad responsables, educación de los hijos, relaciones sexuales, etcétera, por ser asuntos tremendamente alejados de su condición de célibe. ¿O no?