Apagones y reprimendas
Afortunadamente, este ha sido un verano sin cortes de luz en la Comunidad Valenciana. No sólo no hemos tenido apagones, sino que su número se ha reducido sustancialmente respecto al de años anteriores, como ha señalado el vicepresidente Olivas. La espectacular mejora ha sido posible gracias al seguimiento que la Generalitat ha hecho del asunto, y también, me atrevería a añadir, por el esfuerzo desplegado por nuestro presidente, que ha multiplicado su presencia en cada rincón de la Comunidad.
Ante estos hechos, uno entiende el enfado de nuestras autoridades cada vez que la prensa anunciaba un corte de luz. Cuando ocurría uno de estos desagradables incidentes y los abonados clamaban por el deficiente servicio de Iberdrola, aparecía de inmediato algún miembro del gobierno disculpando a la compañía eléctrica y, al paso, echaba una reprimenda a los vecinos protestones. Y es que los valencianos no sabemos comportarnos como buenos ciudadanos. Normalmente, los buenos ciudadanos no suelen enfadarse por estas cosas que para un gobierno resultan imposibles de prever. Tampoco dudan de las afirmaciones de sus autoridades. Por eso producía tan mal efecto que José Luis Olivas se pasara el verano anunciando los excelentes resultados que se registraban en las interrupciones del suministro eléctrico, sin ser atendido. 'La labor de la Generalitat está dando sus frutos, y se está en el camino de erradicar definitivamente las incidencias', repetía una y otra vez Olivas, ante el desinterés y las risas del personal.
Yo creo que estas protestas de los valencianos son consecuencia de nuestra prosperidad, que nos empuja a una vida muelle. Esto es lo malo de disfrutar de un alto nivel de vida, que tiene muchos inconvenientes. Ya nos advirtió Luis Garrido, el subdelegado del Gobierno en Alicante, que el aumento de la delincuencia que padece la provincia se debe, precisamente, a nuestro nivel de vida, que atrae a los delincuentes. Si fuésemos un poco más pobres, no nos robarían tanto. Garrido, que es un experto criminólogo, sabe de lo que habla.
El caso es que, exonerada Iberdrola -la compañía ha cumplido todos sus compromisos- y vista la intachable actuación de nuestro Gobierno en este asunto, necesitamos un culpable a quien endosarle los apagones. Yo propondría a los socialistas. Admito que es un recurso fácil, pero tiene la ventaja de que ya están habituados a estos sambenitos, por lo que no les supondría mucho esfuerzo aceptar este. Además, al público siempre le agrada un cierto ensañamiento con las víctimas. Tal vez fuera esa la intención de nuestro presidente cuando, el otro día, en la fiesta que el Partido Popular celebró en La Vila Joiosa, acusó a la oposición de trasladar una imagen irreal, de caos, de nuestra Comunidad. ¡Qué mayor imagen de caos que la ofrecida este verano por los apagones! Aunque, a decir verdad, yo no veo al bueno de Joan Ignasi Pla capaz de provocar ningún caos. Sobre todo, por el respeto que le tiene a Eduardo Zaplana.
¿Y si los responsables de todo este lío fueran los marcianos? Voy a proponerle la idea a José Luis Olivas.
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