Brian II
Desde que Einstein deslumbró al mundo con su teoría de la relatividad, el mundo no se había sentido tan deslumbrado como en la reciente ocasión en que José María Aznar proclamó ante sus discípulos la Doctrina de la Incompatibilidad entre su Partido Popular y la Corrupción. Desde entonces, y en sucesivas apariciones estelares, el presidente se ha convertido en el más serio candidato para participar en una segunda versión de La vida de Brian, en el papel del Mesías visto por Monty Python.
-¿Qué ha dicho? ¿Qué ha dicho? ¿Ha dicho que es inconcebible? -se esfuerza por escuchar un figurante a quien el ayudante de dirección ha situado en el extremo más opuesto al conferenciante del Sermón de la Maraña.
-¡Sí! ¡Ha dicho que es Inconcebible, incombustible, insustituible e insoportable! -le contesta un enteradillo más bien colocado, por ser de Valladolid.
-¡Se trata, sin duda, de nuestro Salvador! -exclama el otro; aterrado, agarra un pedrusco y se dispone a lapidar al nuevo Mesías.
Al mando de los Incompatibles de Elliot Ness, el presidente MaCintosh no sólo es incompatible con el PC, sino con cualquier otro sistema, poseído como está por la intolerable incompatibilidad del ser. En realidad, lo suyo consiste en un hábil juego de verborragia y adjetivofagia, útil para enmascarar tras los eslóganes algo que todos sabemos: el hecho de que la derecha sea rica por naturaleza (debido a que, históricamente, empezó mucho antes a quedarse con todo lo que podía: ella inventó el asunto, a decir verdad), no la aleja de los peligros de la especulación, el enriquecimiento fácil y la ¡oh!, ¿me atreveré a nombrarla?, corrupción. Ya lo dijo Fraga el otro día, entre dos bellaquerías y seis desaguisados: 'Brrrum, brrrum, los seres humanos son débiles, brrrum, brrrum.' Él sabrá, aunque sólo sea por edad y experiencia.
La Doctrina de la Incompatibilidad es tan inoperante como la Profecía del Caiga Quien Caiga: te dicen una cosa pero sucede otra. En vez de caer Pilar Reyna y algún que otro alto cargo, cae el fiscal Vargas, que pasaba por allí y quería imputar a Piqué por el caso Ercros, actividad que sí que parece resultar completamente irreconciliable con las intenciones del Gobierno y del PP.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.