El dueño de las primaveras
He ido a dar con mis huesos en este planeta y, como la mayoría de los seres vivos que lo habitan, pretendo pasar en él una agradable estancia, cosa harto difícil si uno toma conciencia de la cantidad de horribles sucesos que la humanidad protagoniza.
Según la información que nos transmiten los medios de difusión, parece ser que estamos provocando la destrucción de la capa de ozono, lo que produce importantes cambios climáticos y ocasiona la pérdida de las estaciones.
Si esto es así, ese maravilloso tiempo de tránsito que necesitamos para adaptarnos a los cambios de los fríos inviernos a los veranos (que duran ya cuatro agostos) y viceversa tienden a desaparecer y tendremos que prescindir del florecer de la primavera y de los maravillosos ocres otoñales.
Y nuestro querido señor Bush quiere cerrarnos la puerta que se nos abre a la esperanza con las bases de Kioto.
¿Es porque se cree el dueño de nuestros otoños y de nuestras primaveras?
¿Acabará también por privarnos de los ocasos y de los amaneceres?
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