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Reportaje:

Ibiza desembarca en Benidorm

Promotoras inglesas de música de baile que dominan la noche ibicenca se expanden hacia la Costa Blanca

Ibiza está hoy hasta en la sopa, convertida en un icono de la cultura del ocio gracias al inmenso aparato promocional de los clubes británicos de música techno. Estos clubes, en realidad, son sesiones de discoteca itinerantes impulsadas por promotoras que han hecho de la música electrónica un verdadero negocio. Son corporaciones que llegan a tener plantillas de hasta 500 trabajadores. Editan revistas, organizan festivales y viajes para su público, editan discos, ofrecen contratación de disc-jockeys de primera. Hacen lo que sea para que el que compra la entrada a la sala foránea que alberga al club -una entrada siempre cara- sienta que es allí y no en cualquier otro punto del planeta donde debe estar. Todos estos clubes han elegido Ibiza, la isla del baile, como un sitio donde partirse la cara en el terreno económico. Es decir, un sitio donde competir internacionalmente y demostrar su preeminencia. Si un club inglés no está en Ibiza, no cuenta. Pero en este territorio balear la competencia es tan grande que se hace necesaria la expansión.

Desde Shangai a San Francisco, los grandes clubes ingleses organizan fiestas. Ahora bien, por sus connotaciones turísticas, la Costa Blanca parece interesarles bastante. Y, por su volumen turístico juvenil, sobre todo Benidorm. La imagen habitual de Benidorm es la del turismo de paella y sangría, pero cuenta con ciertas discotecas que, a su manera, se han querido mostrar atentas a los fenómenos comerciales de la modernidad. Como en Ibiza, el público inglés joven prolifera, y la mayoría de los jóvenes ingleses están acostumbrados en su casa a acudir a un club de techno. Por tanto, si se encuentran con una de esas fiestas en el sitio en que veranean, la teoría dice que acudirán. No hay gran diferencia morfológica entre los ingleses clubbers de Benidorm o Ibiza: su capa social es media o media baja, y buscan el delirio en vacaciones. Pero los clubes británicos han hecho sus nombres tan populares que a sus fiestas en Benidorm no sólo acuden ingleses, sino también italianos, franceses, holandeses o españoles que quieren sentirse ciudadanos del imperio cultural.

Clubes importantes como Tonic, Slinky, Miss Monneypeny's o Ministry of Sound han llevado sus sesiones hasta Benidorm. Tonic las desarrolla en la sala KM, y el resto, en la sala Ku. El año pasado saltó a la prensa especializada la noticia de que alguien en Benidorm, por su cuenta, había licenciado para España el nombre de clubes ingleses muy famosos, como por ejemplo Godskitchen. José Tortosa, encargado de la popular discoteca KM, reconoce que ese alguien es una persona vinculada a su sala. 'Luego, con los interesados, se llega a un acuerdo para utilizar el nombre', apunta. Tortosa no especifica que el acuerdo sea económico. No obstante, hay quien dice que a Godskitchen le cuesta varios millones de pesetas celebrar sus fiestas en Ibiza con ese nombre.

La sala paga entre 500.000 y un millón de pesetas al club por utilizar su nombre y la decoración en las fiestas, contratación de pinchadiscos aparte. En las discotecas potentes de Benidorm, con aforos de más de tres mil personas, el negocio es rentable. Tanto, que a veces las salas pactan un porcentaje de beneficios con el club invitado. Éste es el acuerdo que Ku mantiene con Vibe, una refulgente promotora llevada por británicos afincados en España.

'Vibe procura tener muy en cuenta el ambiente, e insiste mucho en relacionarse con el público que quiere atraer', dice Mauro, que lleva las relaciones públicas de Vibe en Benidorm. 'Nuestra entrada es de 5.000 pesetas, pero ofrecemos una programación de calidad muy constante', añade Rob Turner, uno de los propietarios de Vibe. Aunque en Benidorm no es habitual un precio así, la gente las paga cada jueves en las fiestas que Vibe organiza en Ku. La atracción son disc-jockeys de música house absolutamente estelares (Erick Morillo, David Morales o Frankie Knuckles, entre otros), y una pátina de exclusividad para sus fiestas, de la que el asistente quiere imbuirse. 'No emulamos a Ibiza', añade Rob Turner, 'pero sí queremos que quien asista a nuestras sesiones en Benidorm no tenga razones para envidiar a quien esté en la isla'. Y en este ambiente y en este momento, parece que de eso se trata.

El disc-jockey Erick Morillo en una discoteca de Benidorm en una imagen cedida por la promotora Vibe.
El disc-jockey Erick Morillo en una discoteca de Benidorm en una imagen cedida por la promotora Vibe.
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