Grave crisis en el Fòrum 2004
La decisión del ex consejero delegado ha levantado críticas en muchos sectores
Peor, imposible. Josep Caminal, nombrado consejero delegado del Fòrum 2004 por el alcalde de Barcelona, Joan Clos, el pasado mes de julio, presentó ayer su renuncia al cargo 'por motivos personales', un día antes de que la Asamblea general del Fòrum le ratificara. El plante de Caminal ha molestado tanto al Ayuntamiento de Barcelona como a la presidencia de la Generalitat, porque su nombre fue consensuado por ambos, pero sobre todo porque la renuncia deja al Fòrum en una situación más que delicada: faltan algo menos de tres años para su celebración y los constructores trabajan a todo ritmo en el litoral del Besòs, mientras que por el otro lado reina el desconcierto más absoluto sobre sus contenidos. Quien debía suministrarlo se ha plantado.
Tras lamentar la renuncia de Caminal, Joan Clos aseguró ayer que la celebración del Fòrum no corre peligro. 'Las tres administraciones ya nos hemos puesto en contacto e inmediatamente recompondremos la situación', manifestó sin mayores precisiones. Sin embargo, su expresión de máxima preocupación no concordaba con el forzado mensaje de tranquilidad. Caminal, que oficialmente ha dimitido por 'motivos personales', según se lee en el fax enviado desde el Liceo -teatro del que es director general-, no pudo ser localizado.
Comunicó su decisión tanto al alcalde como al presidente de la Generalitat el pasado viernes en sendas entrevistas. Para uno y otro fue una sorpresa desagradable. Clos intentó convencerle de que se tomara el fin de semana para reflexionar. Pero Caminal no cambió de opinión. Una opinión, negativa, que se había formado a lo largo de agosto, cuando revisó con detenimiento el estado del proyecto del Fòrum 2004, las cifras y el esbozo de programa elaborado y aprobado por consenso por las administraciones.
El abultado presupuesto para estos actos, de más de 50.000 millones de pesetas, es uno de los motivos que ha llevado a Caminal a la renuncia, al parecerle injustificable ante la ciudadanía, según ha trascendido de personas que han conocido sus reflexiones. Más aún cuando este presupuesto debía ponerse al servicio de conceptos tan etéreos como 'la diversidad', 'la sostenibilidad' y 'las condiciones para la paz'.
Caminal y el alcalde habían mantenido conversaciones sobre el fondo del Fòrum, sobre cuestiones como la multiculturalidad, la convivencia ciudadana y los movimientos antiglobalizadores. Este enfoque, coinciden en señalar diversas fuentes, no era compartido por Caminal, temeroso de que pudieran producirse conflictos. Los sucesos de Génova estaban todavía muy frescos en la memoria.
La primera idea expresada por Caminal a sus colaboradores en julio, inmediatamente después de haber sido nombrado consejero delegado, fue que había que abrir la celebración a toda la ciudad, crítico con la idea de su antecesor, Jaume Sodupe, y del propio alcalde de concentrarlo exclusivamente en el recinto del Besòs. Para este espacio Caminal proponía reducir las tres exposiciones proyectadas inicialmente a una sola gran exhibición y luego programar otras manifestaciones en varios locales del centro de la ciudad. Sin embargo, para esta magna exposición única, todavía sin definir, los plazos de ejecución resultaban ya apretados: las grandes exhibiciones precisan no menos de tres años para su ejecución.
Así pues, la indeterminación del proyecto, el factor tiempo y el exceso presupuestario, contra lo que suele ser habitual, habrían sido los motivos principales por los que la reflexión de Caminal durante este verano ha desembocado en la espantada. El alcalde no quiso ayer entrar a valorar estas razones. 'Le correponde a él hacerlo', zanjó.
Revulsivo frustrado
La posibilidad de que Caminal se desdijera a última hora no había sido ni remotamente contemplada por los responsables municipales. Más bien al contrario. El concejal de Cultura, Ferran Mascarell, pensaba aún durante el mes de agosto que el nombramiento de Caminal iba a suponer un revulsivo para el proyecto, que ha suscitado no pocas críticas por parte de instituciones culturales de la ciudad y también de representantes de colectivos sociales y de formaciones políticas.
Caminal fue designado consejero delegado en sustitución de Jaume Sodupe, nombrado por Joan Clos por sugerencia de Maragall, en 1997 y cuyo enfoque del Fòrum había levantado no pocas voces críticas en el mundo cultural y político, incluso entre personas que teóricamente hubieran tenido que apoyarle. Clos optó por mantener a Sodupe en el cargo hasta el pasado mes de julio, sobre todo para no inquietar ni a la Generalitat ni al Gobierno central, despúes de las arduas negociaciones para definir el territorio que ocuparía el Fòrum junto a la desembocadura del Besòs, primero, y posteriormente para llegar a un acuerdo de financiación entre las tres administraciones, finalmente cerrado en 51.000 millones de pesetas.
Clos siempre se había mostrado reacio a cambiar al máximo responsable del Fòrum, actitud que cambió esta primavera cuando se intensificaron los ataques a Sodupe. De mutuo acuerdo con el presidente de la Generalitat, el alcalde propuso en julio para el cargo a Caminal, quien pensaba simultanear el nuevo cometido con la dirección del Liceo, después de haber renunciado a planificar la reforma del hospital de Sant Pau, responsabilidad que ha sido ofrecida ahora a Josep Maria Cullell.
Ayer, el alcalde insistió en que la renuncia de Caminal no pone en peligro el proyecto del Fòrum: 'Quiero expresar mi firme convicción de que el Fòrum se realizará tal como estaba previsto porque es un proyecto importante para Cataluña, para España y para todos porque se centra en unos temas de la máxima vigencia en nuestra sociedad'. El alcalde no cejó en su empeño tranquilizador. Según dijo, la sustitución de Caminal se llevará a cabo en breve.
Malestar de Pujol
A Jordi Pujol la decisión de Caminal le ha caído como un jarro de agua fría. Si en los primeros tiempos el presidente se mostró reticente con el evento, que se planteaba aún como un encuentro de ciudades -conocida es la alergia convergente provocada por el hecho metropolitano-, posteriormente descubrió en esta gran celebración la posibilidad de dar al término de su mandato una proyección internacional de primera fila. Caminal se reunió con Pujol el viernes por la noche y le comunicó personalmente una decisión que al jefe del ejecutivo no le agradó en absoluto.
La manera de actuar de Caminal no sólo ha disgustado a Clos y a Pujol. Todos daban por hecho, tras la rueda de prensa celebrada el 17 de julio, en la que Caminal compareció junto a Clos, que él iba a ser el nuevo consejero delegado. Si entonces no fue nombrado fue por un problema de convocatoria de la asamblea general del Fòrum, el órgano que iba a cumplir hoy el trámite de ratificarle en el cargo. Por eso la renunica y la manera en que se ha comunicado ha provocado malestar en muchos sectores.
En la propia organización del Fòrum se ignoraba la intención de Caminal. En realidad, no sabían nada de él, pues desde su nombramiento no había puesto los pies en la torre Mapfre, donde se hallan las oficinas. Incluso la documentación del proyecto que Caminal ha examinado este verano le fue remitida por mensajero, sin contrastarla con los reponsables de la programación. Sólo habló de ella con el concejal de Cultura y con diversas personas de su confianza ajenas a la organización. La sensación de desconcierto del equipo organizador ha sido absoluta durante todo el verano.
Hasta que no se produzca un nuevo nombramiento, Joan Clos asume la dirección del proyecto y mantiene como ejecutor de la programación a Olaguer Sarsanedas, nombrado en noviembre del año pasado y del cual Caminal pensaba prescindir, según diversas fuentes consultadas. Ahora no se descarta que se proceda a modificar el organigrama, agrupándolo en dos grandes áreas: programación de actos y gestión financiera.
Esta enésima crisis del Fòrum se produce en un momento en el que una multitud de máquinas excavadoras trabajan en el litoral junto al río Besòs, dando forma a lo que serán los principales escenarios del evento y creando las nuevas infraestructuras, como las calzadas laterales de la ronda y la conexión directa con el centro de convenciones que se levantará junto al edificio principal.
En la empresa Infraestructuras 2004 se quiso deslindar ayer la crisis de la organización con la marcha de las obras y del proceso negociador para adjudicar la construcción y gestión del centro de convenciones. 'No tiene nada que ver una cosa con la otra', insistía ayer un portavoz de la compañía, preguntado sobre el estado de esas negociaciones. Lo cierto es que parte de la reforma urbanística del levante de la ciudad pilota en torno al Fòrum, como la enorme explanada de 14 hectáreas que albergará el escenario principal de los espectáculos. Este nuevo tropiezo no configura el mejor marco para buscar patrocinadores que, según la previsiones, deben aportar unos 16.000 millones. Otros 15.000 se calcula que procederán de la venta de entradas -Caminal discrepaba abiertamente sobre esta previsión- y el resto, hasta completar los 51.000, lo aportarán, mediante avales, las administraciones.
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