'Sentí una explosión y vi cómo el motor izquierdo se paraba'
Francisco Gabaldón es un melillense que vuela a la Península muy a menudo. Ayer lo hizo en el avión que se estrelló en Málaga. Salió ileso, pero se encuentra muy afectado por los hechos.
Hasta unos minutos antes del percance, el vuelo se había desarrollado con normalidad. 'Cuando ya llegábamos sentimos una fuerte explosión y desde mi asiento, en la fila 9, vi cómo el motor izquierdo se paraba', afirma. 'En ningún momento nos explicaron nada, ni siquiera nos dijeron que nos pusiéramos los chalecos salvavidas'. Desde ese momento hasta el impacto pasaron 'tres o cuatro minutos'. Durante ese tiempo, 'el piloto mantuvo el avión estabilizado y aunque no iba como antes de la explosión pensamos que podríamos aterrizar. Entonces el avión dio un tumbo y nos estrellamos'.
'El momento del impacto fue terrible. No es que las cosas se caigan, es que tienes la sensación de que el fuselaje del avión se te viene encima', recuerda. Tras comprobar que no le había sucedido nada miró alrededor. 'En frente de mí estaba la azafata, colgada del asiento por el cinturón de seguridad con ambos brazos rotos'. Las primeras filas eran un 'amasijo de hierros' en el que varias personas se encontraban retorcidas.
Tras el choque había 'un fuerte olor a queroseno' por lo que Francisco temió que el avión explotase. Por ello se queja de la lentitud 'tanto de los bomberos como de la policía, que tardaron unos 25 minutos en llegar'. Los primeros en ayudarles tras conseguir salir fueron unos obreros que se encontraban cerca. 'Hasta pasada una media hora no llegó un helicóptero', protesta.
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