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EE UU roza la recesión al crecer tan sólo un 0,2% en el segundo trimestre

El gasto público salva del desplome a la mayor economía del mundo

Enric González

Como de costumbre, fueron los consumidores quienes sostuvieron la mayor economía del mundo. El gasto de los hogares subió un 2,5% en el segundo trimestre, lo que compensó el continuado descenso en la inversión empresarial. Las empresas redujeron sus inversiones en equipamiento un 14,6% (tasa anualizada), vieron decrecer sus beneficios un 2% y, por el lado positivo, lograron recortar la cantidad de productos en sus almacenes. General Motors, por ejemplo, tenía a final de julio 950.000 coches distribuidos en sus concesionarios, 340.000 menos que a final de diciembre del año pasado.

El crecimiento en el segundo trimestre fue el peor desde marzo de 1993, cuando el producto interior bruto (PIB) se encogió un 0,1%. Aun así, algunos comentaristas se mostraron exultantes. 'No estamos en recesión y no entraremos en una recesión', dijo Paul Kasriel, economista jefe en Northern Trust. 'La recuperación despunta en el horizonte y la economía empieza a acelerar', añadió. 'El descenso en los inventarios sugiere que la producción empezará a subir y debería llevar a un mayor crecimiento', indicó Paul Cohen, de Merrill Lynch. Otros mantuvieron un cierto pesimismo: 'La cuestión es que el crecimiento es casi nulo y la tendencia hasta ahora es claramente a la baja. Las interpretaciones de la noticia serán positivas inicialmente, pero luego se impondrá la interpretación racional: todo sigue siendo muy débil', señaló Robert Macintosh, de Eaton Vance Management.

Dos elementos inducen al escepticismo. El primero es coyuntural: sin la fuerte subida que registró el gasto público (5,5%), el crecimiento del PIB entre abril y junio habría resultado negativo. El segundo es histórico: las crisis debidas a un exceso de inversión y endeudamiento de las empresas tienden a durar más tiempo que las provocadas por un aumento de la inflación y un endurecimiento de la política monetaria para controlar los precios.

Gran parte de la debilidad de la economía en el segundo trimestre continúa proviniendo de las grandes compañías, que recortan una y otra vez sus inversiones en fábricas y equipos que, en otros tiempos, constituían el principal motor de la expansión récord de la economía estadounidense.

En cualquier caso, quizá de forma pasajera, el optimismo se extendió a los empresarios. John Chambers, presidente ejecutivo de Cisco Systems, el mayor fabricante mundial de infraestructuras para telecomunicaciones, afirmó que lo peor había pasado. 'Empezamos a ver signos de que nuestro negocio se estabiliza', dijo, 'y esperamos un aumento sustancial en la demanda de nuestros productos hacia fin de año'. De momento, el gasto para la compra de ordenadores y aplicaciones informáticas cayó un 15,1% en el segundo trimestre, frente al descenso del 14,5% previsto de forma inicial.

Los datos sobre inflación indujeron también a un cierto optimismo. Los precios suben a un ritmo anual del 2,2%, frente al 3,3% registrado en el primer trimestre, y resulta evidente que la inflación permanece bajo control pese al drástico descenso en los tipos de interés impulsado por la Reserva Federal (del 6,5% al 3,5% en menos de ocho meses) y a las ingentes cantidades de dólares que ha habido que inyectar en los mercados para lograr el abaratamiento del dinero.

Varios miembros del Comité Federal del Mercado Abierto, el órgano ejecutivo del banco central estadounidense, habían expresado últimamente su rechazo a seguir bajando los tipos por miedo a un repunte inflacionista; los datos del Departamento de Comercio les habrán tranquilizado, y hacen bastante probable que la Fed reduzca el tipo de referencia (el interbancario a 24 horas) por octava vez este año en su reunión de octubre.

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