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16 españoles, entre los 2.000 turistas retenidos en la isla de Terceira

Unos setenta turistas españoles compartían ayer en dos puntos alejados del globo un amargo final de vacaciones. La isla de Terceira, en Azores, se convirtió el viernes en una ratonera para 16 españoles que permanecían aún ayer retenidos en el aeropuerto de Lajes junto a otras 2.000 personas. En otro exótico destino, Shanghai (China), 56 más sufrían una situación similar desde el sábado, aunque esta vez no por causa de un accidente, sino porque fueron conducidos por la agencia con la que viajaban al aeropuerto equivocado.

La peripecia en las islas portuguesas comenzó el viernes a las ocho y media de la mañana, cuando los 16 pasajeros fueron informados de que el aterrizaje de emergencia de un aparato de la compañía canadiense Air Transat había causado importantes daños en la pista y en el propio avión, que impedían la salida de vuelos. 'La compañía dijo que en cuatro horas estaría arreglado y desde entonces nos han estado haciendo ir cada 12 horas', señalaba este diario Aurelio Herrero, uno de los turistas retenidos.

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El aparato, que sufría una importante fuga de carburante, rompió su tren de aterrizaje y destrozó parte de la pista, provocando el cierre del aeropuerto, cuya apertura estaba prevista para anoche.

'A partir de entonces nos encontramos abandonados a nuestra suerte', añadió Herrero. Ni las autoridades de la isla ni el viceconsulado español ofrecieron ninguna solución. 'Nosotros mismos tuvimos que buscarnos hotel y pagarlo de nuestro bolsillo; el vicecónsul aseguró que poco podía hacer ante un caso de mala suerte'.

Traslado en barco

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La única solución que ofrecían ayer las autoridades de la isla fue la de trasladarles en barco a Punta Delgada, en la isla de San Miguel. 'Lo malo es que estamos en lista de espera, pero a partir del día 29, y que esa zona es mucho más turística y masificada que en la que estamos, por lo que va a ser muy difícil conseguir alojamiento'. La perspectiva de pasarse varios días en el aeropuerto caldeaba los ánimos de tal manera que el grupo de españoles y otro más numeroso de italianos amenazaron con cortar la carretera, aunque finalmente no lo hicieron. 'Eso sí, los italianos entraron en una sala VIP, donde los sillones son más cómodos, y la policía portuguesa les acusó de montar escándalo'.

Mientras, en Shanghai, los otros 56 turistas se indignaban ante la perspectiva de tener que pagar 300.000 pesetas por un vuelo de regreso a Madrid, después de perder el que les correspondía por culpa de la agencia de viajes. 'Los guías nos dejaron en un aeropuerto del que sólo despegaban vuelos nacionales, por lo que perdimos el nuestro', señalaba Ramón Martínez, uno de los turistas. La agencia les proporcionó alojamiento y 500 pesetas por persona para comer, pero sólo se hace responsable del trayecto hasta Hong Kong, desde donde despega el vuelo a Madrid. 'En el consulado dijeron que sólo actuaban en caso de muerte, accidente o pérdida de pasaporte; esta noche nos caducan los visados y estamos casi en situación ilegal'.

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