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Reportaje:

Los tres de Miramar

La Universidad Catalana de Verano rinde tributo a Josep Benet, Alexandre Cirici y Maurici Serrahima

Mar Padilla

Tras la guerra civil española, en uno de esos momentos decisivos en los que la voluntad de unos pocos individuos decide el curso de la historia, Alexandre Cirici Pellicer, Maurici Serrahima y Josep Benet, homenajeados la pasada semana en la Universidad Catalana de Prada, optaron por dedicar sus días a la preservación de la memoria histórica y cultural catalana. Los tres, del bando de los derrotados, amigos, librepensadores, de formación humanista, crearon en Barcelona, junto con otros pocos, la llamada conexión Miramar.

'Ellos fueron el puente decisivo entre las generaciones anteriores a la guerra y las posteriores, sumidas en un atroz desierto intelectual. Su labor nos salvó de la ignorancia, de la estafa de la historia y del miedo de nuestros padres', explica Miquel Porter, rector de la universidad de verano. Miramar, rememora Porter, era una especie de 'universidad clandestina, de la calle, que sustituía a la académica, en ese momento mortecina y falsa. Celebrábamos tertulias informativas, que resultaron formativas, en las que nos pasaban el testigo de la historia y la cultura catalana'. Su funcionamiento era irregular y precario: los asistentes, entre 20 y 30, conocían la celebración de un encuentro de Miramar por el sistema boca-oreja con apenas horas de antelación y siempre en sedes diferentes para no ser descubiertos.

Cirici, Serrahima y Benet fueron miembros decisivos en la organización. Cada uno en su campo, daba el testimonio de lo que había sido Cataluña hasta 1936. Arte, Derecho, Historia; los tres intelectuales transmitieron oralmente lo que estaba prohibido por escrito. Estos encuentros clandestinos, destinados a preservar la catalanidad, duraron hasta mediados de los años cincuenta. Pero, Pellicer, Serrahima y Benet continuaron su labor.

'Era el momento de Finis Catalonia. La herencia de la cultura catalana iba a ser arrasada. Cuando las tropas de Franco entraron en Barcelona en 1939 me prometí a mí mismo que dedicaría mi vida a preservar la memoria contra el olvido', recordó el político, abogado e historiador Josep Benet durante el homenaje que se le rindió en Prada. Benet inspiró o promovió muchos episodios de la resistencia antifranquista catalana, empezando por la huelga de tranvías en 1951. Defendió a numerosos procesados ante los tribunales civiles y militares franquistas, participó, como independiente, en la fundación de la Asamblea de Cataluña, y, en 1977, fue elegido senador por Entesa dels Catalans. Benet, que con 1.300.000 votos sigue siendo el senador más votado de la historia de España, fue reelegido en 1979, esta vez por el PSUC, partido del que fue candidato, sin éxito, a la Generalitat. Actualmente, está redactando sus memorias. Joan Saura, dirigente de Iniciativa-Verds, que participó en el homenaje, dijo de él que 'es uno de los pocos políticos que te reconcilian con la política'.

La Universidad Catalana de Verano también rindió tributo a la figura de Maurici Serrahima a un año de la celebración del centenario de su nacimiento. Político y abogado, lector insaciable, profundo conocedor de la obra de Marcel Proust y de la poesía francesa, escritor de unos imprescindibles dietarios sobre la vida cotidiana en Barcelona en la posguerra, Serrahima fue uno de los 17 firmantes del manifiesto fundacional de Unió Democrática de Catalunya (UDC) en 1931. En el homenaje que se le brindó, su hijo Lluís subrayó el coraje y la fuerza de su padre, a pesar de su precaria salud, y recordó la persecución que sufrió por parte de los dos bandos por su condición de librepensador.

Alexandre Cirici, crítico de arte visionario, revolucionó el panorama artístico con una intuición y una mirada lúcida e intuitiva que se adelantó a su tiempo. Una de sus obsesiones fue ordenar y compilar el arte religioso catalán; otra fue difundir el arte contemporáneo, vanguardista y rompedor de Tàpies o Miró. El crítico de arte fue un profesor muy incómodo en la rancia universidad franquista. 'Abrió los ojos a la gente y nos enseñó a ver con otro tipo de mirada', recordó Silvia de Gubern, artista y ex alumna de Pellicer. 'Hablaba y se explicaba con la pasión de un hombre de verdadero y profundo conocimiento', subrayó. Pasqual Maragall, también presente en el homenaje, recordó el catalanismo de Cirici, 'de referencias universales, que tiende a la apertura, a la asimilación', y subrayó 'su independencia, su rigor y su capacidad de percepción de los nuevo, lo vivo y lo arriesgado'. El dirigente socialista aseguró que 'sin él, el PSC no sería hoy lo que es'. Porter rememoró el espíritu libre y transgresor de Cirici.

Josep Benet, a la izquierda, Joan Saura y Carme Laura Gil, en Prada.
Josep Benet, a la izquierda, Joan Saura y Carme Laura Gil, en Prada.UCE

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Sobre la firma

Mar Padilla
Periodista. Del barrio montañoso del Guinardó, de Barcelona. Estudios de Historia y Antropología. Muchos años trabajando en Médicos Sin Fronteras. Antes tuvo dos bandas de punk-rock y también fue dj. Autora del libro de no ficción 'Asalto al Banco Central’ (Libros del KO, 2023).

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