La Ría también sirve para jugar
Ya ha comenzado la cuenta atrás de la Aste Nagusia, pero, tranquilidad, que ya se sabe que los últimos coletazos de las fiestas suelen ser los más jugosos. Prueba de ello es el programa, que hoy viene cargadito. A las diez, mientras los concursantes de bacalao al pil-pil estén ya en plena faena, la diana de txistularis y el txupin darán el pistoletazo de salida a la séptima jornada festiva. A esa misma hora, arrancarán las actividades organizadas en la Ría. Las comparsas protagonizarán hoy un recorrido ecológico por el Nervión a su paso por Bilbao, con juegos de agua y las tradicionales estropadak. El acto, que se ha convertido ya en un clásico de la Aste Nagusia, obliga a los comparseros a madrugar más de lo habitual para convertir a la Ría en un campo de batalla lúdica.
Mientras juegan en el agua, los gigantes y cabezudos realizarán su pasacalles diario. Para los de más edad, el frontón de la Esperanza, que acoge la semifinal del torneo de pelota, es una de las opciones para pasar la mañana. O el deporte rural, que vuelve a invadir a mediodía El Arenal. Hoy la protagonista es la piedra con harrijasotzailes y gizon probak.
A partir de la una, la música inunda la fiesta. Por el Casco Viejo, resonarán las bilbainadas de Bilbotarrak y en la plaza Nueva, alarde de txistularis y bertsos de los veteranos Joxe Agirre, Jon Azpillaga, Imanol Lazkano y Gregorio Mañucorta.
Canoas
Por la tarde, el recinto festivo vuelve a ampliarse para incluir al curso de la Ría. Es el día del agua y desde Olabeaga partirá a las cinco y media la subida de canoas que terminará en el puente del Ayuntamiento una hora después. Quienes se acerquen a ver la llegada de las embarcaciones, tienen tiempo después de disfrutar de un poco de teatro, uno de los platos fuertes de la Aste Nagusia. A las nueve hay dos opciones: ver en la plaza Arriaga el teatro de calle de Terra Nuova con la obra Érase una vez el lago de los cisnes sin gastar un duro o desembolsar las módicas 1.000 pelillas que cuesta ver a Pepin Tre en Bilborock.
Durante las fiestas, la ONG Médicos del Mundo abre las terrazas de su local en el número uno de la calle de Bailén para los que compartan su causa y quieran disfrutar de una buena panorámica de los fuegos, que hoy sirve la pirotécnica de Tarragona Pirogestión. A cambio, no se exige, pero se recomienda dejar un donativo que ayudará a aumentar el buen trabajo en el Sur y con el Sur que habita el Norte que realiza esta organización.
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