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ASTE NAGUSIA

La historia de la rana en peligro de extinción

Érase una vez una rana de metal que no se cansaba de tener la boca abierta para que le echaran fichas. Esta rana de cuento, que antes poblaba merenderos y asadores de gran parte de Euskadi, es un especie en peligro de extinción que cada año es recuperado por la comisión de fiestas durante dos días de la Aste Nagusia. Pero no sólo desde el Ayuntamiento se apoya al batracio de hierro; aunque el consistorio lo programa, es la Asociación de Rana de Sestao la que se encarga de dirigir el concurso. 'Yo vengo por ayudar a la rana', comentaba ayer Tomás, responsable de la agrupación, mientras cuadriculaba, regla en mano, unos folios para apuntar las clasificaciones.

Para deleite de los jubilados, los principales aficionados al lanzamiento de disco acerado a la boquiabierta rana, hoy, a partir de las diez hay concurso. Se puede competir individualmente y por parejas por los cinco premios en metálico o en especie (txapelas y copas) que se ofrecen en cada una de las modalidades. Como siempre, serán cinco tiradas de ocho fichas a 3,70 metros de distancia, en una reñida competición en la que suelen participar entre 60 y 65 personas. El plusmarquista de este juego en Bilbao se llama Humberto. 'Es que lleva jugando 40 años a la rana', comenta Tomás, de la asociación. Junto a Humberto, nombres como Eliseo, Laureano e Íñigo suelen conseguir también buenos puestos en la clasificación del batracio de hierro.

A ciegas

Mientras tanto, también en El Arenal y a las diez, el club de ajedrez Xuri-Baltza reta a los aficionados a jugar a ciegas, una modalidad que se practica con los ojos vendados y que exige una memoria de elefante para ir recordando las jugadas y la posición que blancas y negras van tomando en el tablero. Después, los chicos del club invitan a quien se acerque a echar una partidita e incluso a iniciarle en el arte del jaque mate.

Para abrir apetito, el programa ofrece teatro o música. A la una de la tarde, en la plaza Arriaga, Trapu Zaharra interpretará El cuarto tenor, mientras en el quiosco del Arenal resonará el concierto diario de la Banda Municipal de Música.

Y pasamos a la noche, porque el espacio ya no da para mucho. La plaza Arriaga se torna verbenera a partir de las once y cuarto con Nuevo Talismán. En la Plaza Nueva, toca música caribeña con el grupo Irason y los famosos cubanos Los Fakires. Y en la Pérgola, boleros de Tamara -para unos, la auténtica y para otros, la secundaria, tras la irrupción de la de Santurtzi, la de la laca. Los que pasen de ritmos caribeños y sentimentales tienen a medianoche rock con tralla en el Gas, con Etsaiak y Soziedad Alkoholika. Además, tras los fuegos, en la txosna Moskotarrak, clases de bailes de salón con Isabel Sáiz para aprender a no pisar a la pareja.

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