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Araia consolida su festival de teatro de humor con el éxito de su octava edición

Varios de los espectáculos colgaron el cartel de 'no hay billetes'

El festival de Araia es el auténtico referente escénico del verano del eje que forma la carretera N-1 a su paso por Álava y Navarra. Las trece compañías que han ofrecido sus montajes en la localidad durante la pasada semana han podido comprobar cómo este pequeño municipio alavés, junto a la muga navarra, reclama con esta convocatoria anual un público que supera con mucho a los escasos mil habitantes de la propia localidad. Ya se puede desvelar un secreto que conocen todos los que acuden año tras año: un presupuesto modesto gestionado con inteligencia sirve para contratar formaciones curtidas que animan las noches de agosto como nadie.

'De todo lo que hemos visto estos días, destacaría quizás el éxito de público del grupo Yllana y su espectáculo Rock&clown, con el que abrieron el festival y marcaron el tono del resto de los días', comenta Javier Alkorta, director del evento, momentos antes de que Le zèbre a pois presentase su montaje Trumpi trumpi en la plaza del pueblo, ayer al mediodía.

En la memoria de Alkorta estaba también el éxito de Manel Barceló, quien cautivó a un auditorio entregado con un monólogo de dos horas y media basado en textos de Darío Fo. Pero también había cierta incertidumbre por lo que estaba por llegar.

Menos tirón

Es el caso de Tentazioa y su obra Ez da hain erreza que, a falta de unas horas para salir al escenario del Polideportivo Arrazpi (actuaban ayer a las 22.30), llevaba muy pocas entradas vendidas. 'Es uno de los retos del festival la promoción de la creación en euskera, que en un escenario no cuenta con el respaldo del público que tiene en el teatro de calle. Y es que las obras para adultos no tienen tanto tirón, aquí y en zonas totalmente vascoparlantes; quizás sea por la falta de costumbre', explica Alkorta. Por por eso mismo, considera imprescindible la programación de funciones en euskera para próximas ediciones.

Esta edición del eestival de Araia ha ofrecido además otras sorpresas que han llamado la atención de la organización: la decepción del público con En la boca del lobo, de Digo Digo Teatro, o el triunfo ante pequeños y adultos de Le Zèbre a Pois, la compañía de dos trotamundos, Diego Stirman y Nino Montalto, quienes vaciaron el pueblo y llenaron la plaza para mostrar a su pulga Pepita políglota y saltimbanqui realizando sus mejores ejercicios. Todo esto, antes de que los escoceses del Clan Wallace despidieran en la madrugada de hoy, con sus gaitas y percusiones herederas directas de Braveheart, cinco días de humor.

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