El Ayuntamiento cierra 20 comercios del centro de Alicante, la mayoría dirigidos por magrebíes
Teresa Revenga niega una campaña contra el colectivo, pero una gestoría ofrece datos contrarios
La alcaldesa en funciones, María Teresa Revenga, del PP, asegura que la campaña de inspección no tiene nada que ver con la presión ejercida por colectivos minoritarios contra la presencia de magrebíes en el centro, argumento que no comparten los inmigrantes afectados.
La presencia de estos inmigrantes, a los que en los meses de estío, se les suma otro importante número de población inmigrantes flotante (los pasajeros de la operación Paso del Estrecho) ha alimentado una campaña de rechazo auspiciada por la Coordinadora para la Recuperación del Centro Tradicional de Alicante. Este colectivo denuncia la creciente inseguridad en la zona. La alcaldesa en funciones rechaza que la campaña de inspección de los técnicos municipales esté relacionada con la presión de este colectivo. 'Se inspecciona esta zona, como cualquier otra de la ciudad', comenta Revenga. 'No hay ningún ningún otro motivo. Y, además, los decretos de clausura no se realizan en base a un sólo informe, sino que se tienen en cuenta otros, como los elaborados por los servicios sanitarios y de los bomberos', añade.
Revenga señala que la mayoría de los decretos de clausura son porque los locales carecen de la licencia de apertura, 'aunque en otros casos a esta irregularidad se suman otras, como deficiencias en los locales o falta de medidas de seguridad', precisa. Revenga resaltó que los cierres no son definitivos, sino temporales a la espera de que los titulares subsanen las deficiencias.
Por su parte, los responsables de una gestoría ubicada en la calle San Francisco, que gestionan los expedientes de tres de las 16 tiendas que en último mes han cerrado sus puertas discrepan de la opinión de la alcaldesa en funciones. 'Sin duda, van a por los árabes, porque hay también muchos bares regentados por españoles en esta misma calle y nadie les hace inspecciones, pese a estar en las mismas condiciones', valora uno de los gestores.
Según comenta, locales magrebíes que llevan años funcionando han sufrido numerosas inspecciones desde que los vecinos comenzaron sus protestas ante la falta de seguridad en la zona. 'Ha sido un efecto rebote a las quejas vecinales y, desgraciadamente, están pagando justos por pecadores', concluye. Nour Eddine, natural de Argelia, lleva doce años afincado en Alicante. Cuando hace una semana la policía cerró su local, una pastelería de dulces típicos, no pudo ocultar su decepción.
'Llevo dos años regentando este negocio y hasta hace un mes nunca he sufrido ninguna inspección. Me dijeron que debía poner una tapa al cubo de la basura e instalar unas vitrinas. A los dos días ya tenía todo en regla'. Sin embargo, cuando la semana pasada agentes de la policía local clausuraron la confietría 'no me dieron ninguna explicación', comenta decepcionado.
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